jueves, 15 de octubre de 2015

El Mensaje Reencontrado - LIBRO XVII



LIBRO XVII

Pero de la tierra subía un vapor y
regaba toda la superficie del suelo.
MOISÉS

Para él el precioso don del cielo, el
rocío.
MOISÉS

ÈVE NUE RIT
 LA ALEGRÍA
1. ¡Con cuánta crueldad se burlan los
impíos de los hipócritas y con cuánta
ferocidad los hipócritas condenan a los
impíos! Pues, no siendo ni unos ni otros
hijos de Dios, su destino es destruirse
mutuamente.
1'. Los verdaderos creyentes no se
exhiben, no juzgan ni se turban, pues, al
tener el espíritu constantemente fijado en
Dios, no disponen de tiempo para
ocuparse demasiado del mundo ni de sus
asuntos.
2. Ahora, los predicadores ensalzan en el
lugar santo a los sabios y sus venenos para
adular la ignorancia del mundo y no
parecer anticuados, pues la fe, el amor y la
ciencia de Dios les parecen demasiado
pueriles y pasados de moda y se
avergüenzan de la simplicidad de nuestros
primeros padres.
2'. Satán lleva tanta ventaja que los
santuarios de Dios le sirven ahora de
bancos y agencias de propaganda sin que
lo sepan.
«¡Oh, Señor compasivo!, ¿quién nos
salvará del infierno si tú no vienes
rápidamente a socorrernos?»
3. ¿Quién inspira a esos pastores que nos
ensalzan el siglo, la fábrica, la máquina, el
veneno, la política, el patriotismo, lo
social, la inteligencia, el trabajo y la
vanidad de los hombres por encima del
conocimiento y del amor de Dios?
¿Quién inspira a esos panegiristas del
orgullo y de la ceguera humanos?
3'. ¡Oh, sacerdotes!, ¡oh, monjes!, ¡oh,
laicos!, que aún creéis en Dios dentro de
vuestros corazones, desechad la levadura
de la ciencia orgullosa de Satán.
Comprended que es vano querer organizar
aquí abajo la podredumbre del pecado de
muerte. Acordaros de la palabra del
maestro que dijo: «Las obras del mundo
son malas» y, al igual que él, no temáis el
odio del mundo, testimoniándolo ante
todos.
4. Los inteligentes se sienten vejados, pues
no pueden dar la vuelta al Libro como se
hace con el dedo de un guante y su
inteligencia es humillada.
¿Satán no les soplará una miserable
explicación y no velará su nulidad con
algún sórdido espolio?
4'. Los malvados nos cubrirán de
inmundicia, como nosotros los hemos
cubierto de perdón, pero el Señor nos
liberará para siempre del hedor de la
muerte y de la compañía de los malos.

5. Y luego, ¿los malvados y los hipócritas
no vendrán a socorrerlos como aliados
naturales?
5'. Morarán para siempre jamás con la
compañera infame y putrefacta, y su fuego
devorador los consumirá sin respiro.
5". Cuando el agua virginal nos vuelva a
bañar, nos enderezaremos en nuestras
tumbas, lavados de la mugre de la muerte,
y alabaremos al Señor Dios con una sola
voz y con un solo corazón.
6. Roguemos a Dios santamente y nos
hará conocer, de una manera u otra, la
verdad del Libro y la autenticidad de su
inspiración, si aún tenemos alguna duda.
6'. El que trata con la inmundicia acaba
por oler mal y el que frecuenta las
Escrituras santas acaba por transpirar el
perfume de Dios.
7. Muchos creyeron hacer bien yendo en
busca de la muerte de Jesús, pero ninguno
le siguió en la resurrección, que es la única
que justifica la pasión del bello Señor y
confirma nuestra liberación venidera.
7'. No deseemos convertirnos en mártires a
fin de que nuestros sucesores no tengan la
tentación de ser verdugos.
«La maldad es la ausencia de Dios, la
santidad es su presencia asegurada».
8. Los grandes Sabios y los grandes santos
son su propio molde y no necesitan el de
los demás, pues oyen a Dios directamente.
Pero es bueno e incluso excelente para los
más débiles seguir las vías trazadas por los
más fuertes.
8'. Descúbrete prudentemente, Señor, a fin
de que no seamos pulverizados por tu
gloria, sino que vivamos cada vez más
ante tu esplendor, para que tus santos
habiten tu luz y para que tus Sabios
alcancen tu centro muy secreto.
9. No tenemos nada que explicar, nada que
demostrar y, sobre todo, nadie a quien
convencer, pues el amor y la paz del
Único bastan para contentarnos.
9'. Todo ha sido dicho, todo se vuelve a
decir y todo será repetido hasta que los
elegidos del Señor hayan entrado en el
secreto luminoso de la palabra de vida.
10. La prueba del origen divino de la
creación es su rebeldía ante la muerte y su
habituación innata a la vida que no perece.
10'. El mal es lo que nos destruye y lo que
destruye a los demás. El bien es lo que nos
anima y lo que conserva a los demás en la
libertad de Dios.
11. Roguemos a Dios locamente a fin de
conocer el medio de nuestra liberación
inmediata o, al menos, para beneficiarnos
de esta liberación en el día del gran juicio
señorial.
11'. El que está suficientemente
desapegado del mundo lo puede ver y lo
puede oír todo sin turbación ni perjuicio,
pero el que no está perfectamente desnudo
puede morir, incluso de la verdad de Dios.

12. Un rico puede volverse pobre y
humilde, y un criminal puede convertirse
al amor, pero ¿cómo podría jamás un
astuto volverse sencillo? Y ¿cómo podría
un cerdo volverse puro?
12'. Los demasiado sencillos toman lo
dorado por el oro y los demasiado
inteligentes rechazan el oro a causa del
dorado, pero todos comen la mugre del
pecado sin saberlo.
13. Estos acumulan los libros raros y
persiguen los conocimientos ocultos,
pero reniegan de Dios y de las santas
Escrituras, que son los únicos que podrían
darles la inteligencia de los textos velados
y la llave de los tesoros enterrados.
13'. Creen, orgullosamente, robar el
secreto de la creación sin pedírselo al
creador, y su sutil inteligencia y su gran
saber se han convertido en la mayor
estupidez posible, pues todas sus obras
están muertas y engendran la muerte.
14. Tomamos demasiado a menudo para
nosotros lo que no nos está destinado,
y también dirigimos con demasiada
frecuencia a los demás lo que no les
corresponde, porque consideramos
demasiado lo de fuera del mundo y
descuidamos lo de dentro del hombre.
14'. Respondamos a las acusaciones, a los
insultos y a las persecuciones del mundo
acercándonos cada vez más al Señor de
vida, que nos depura en la hoguera de la
soledad y del amor santos.
15. Los religiosos y los impíos nos
ignoran, los sabios y los ignorantes nos
desprecian, los inteligentes y los estúpidos
se burlan de nosotros, los trabajadores y
los libertinos nos rechazan.
Incluso es superfluo si un amigo nos
reconoce, pues nuestro consuelo está
solamente en Dios.
15'. No se puede convertir a un hipócrita,
un impío, un malvado o un extraviado
poniendo su mal en evidencia y
reprochándoselo con vehemencia, pero se
le puede mejorar cultivando el bien que ha
permanecido en él, alentándolo y
amándolo tal como es, por desfigurado
que esté.
15". ¿No es necesario lavar una gran
cantidad de tierra para descubrir una
pequeña esmeralda?
16. Los placeres del mundo van
desapareciendo para el que envejece,
pues el cuerpo disminuido ya no puede
soportarlos; pero la dulzura del amor del
Único aumenta para el creyente, porque el
alma se libera de las ataduras del cuerpo
bruto y comunica cada vez más con su
Señor. Así, para algunos, la vejez es una
triste decadencia y para otros una dulce
iluminación.
16'. La sabiduría y la santidad en Dios
no dependen de las opiniones mundanas,
ni de las obediencias generales o
particulares, ni de los ritos figurativos, ni
de las situaciones sociales, ni de los
patriotismos, ni del número de mujeres o
de niños, ni de la cantidad de bienes, sino
más bien del conocimiento de la causa
primera y del efecto último.
17. El que se acerca a la verdad de Dios ya
no discute de nada con nadie, pues está
demasiado ocupado en rememorar la
demasiado ocupado en rememorar la
palabra abandonada.
17'. Si no somos lo bastante fuertes como
para convertir a la mala compañía,
huyamos de ella antes de que nos haya
pervertido y echado a perder por
completo.
18. Convertirse es darse la vuelta dentro
de la gran agua y contemplar la luz del
cielo cara a cara.
18'. El relato de un ciego parecerá siempre
más sensato a los demás ciegos que la
descripción de un clarividente.
19. ¿Acaso los profetas nos habrían
engañado anunciando la resurrección, y
Cristo mismo nos habría embaucado
resucitando el primero?
Entonces, ¿cómo pueden los creyentes
afligirse ante la muerte de los suyos?
19'. Defendamos la joya, pero no
defendamos la mugre que la recubre;
rechacémosla más bien resueltamente,
teniendo, sin embargo, mucho cuidado de
no rechazar la joya al mismo tiempo.
20. ¿No deberían más bien regocijarse en
la esperanza de la nueva vida y de su
próxima reunión en Dios, si su fe no es
vana y si su amor no está muerto?
20'. Nombraremos nuestra esperanza con
fe contra toda apariencia contraria y contra
toda razón que se oponga, eliminando así
la duda y el miedo que matan el alma.
21. Sólo los ignorantes se quejan y
reivindican aquí abajo, pues los santos
bendicen en la pobreza y los Sabios
reposan en medio mismo del caos del
absurdo.
21'. Ejercitémonos diariamente en los
actos de fe, nombrando santamente la cosa
deseada hasta que se realice ante nuestros
ojos.
22. Más vale una pequeña caridad que un
gran saber.
Más vale un pequeño amor que una gran
riqueza.
Más vale una pequeña paz que un gran
poder. Entonces, ¿cuánto valen la gracia,
el amor y el conocimiento del Perfecto?
22'. Cuando bendigamos de corazón a
nuestros enemigos, estaremos cerca del
Señor, que es el manantial del amor que
brota. Mientras tanto, esforcémonos en
bendecir y amar a nuestros amigos tal
como conviene a creyentes de Dios.
23. Cuando la mala palabra y el mal golpe
han salido, ¿quién podrá retenerlos y quién
podrá borrarlos luego?
23'. El santo Nombre del Señor es una
magia todopoderosa en la boca del que
cree y ama verdaderamente.
24. Cuando estemos hastiados de las
vanidades del mundo, volveremos al
Libro, que nos devolverá la afición por
la fe y la paz tan necesarias para la
manifestación del amor divino.
24'. Cada imaginación parece absurda
hasta que sea realizada en el mundo,
entonces, todos se extrañan, después todo
el mundo se acostumbra al prodigio y,
finalmente, ya nadie le presta atención.
25. La sobriedad, la sencillez y la caridad
son los tres grandes médicos del cuerpo,
del espíritu y del alma, pero el amor
divino es el único remedio a la
enfermedad de nuestras vidas exiliadas.
25'. Eliminando la duda de la razón por el
ejercicio constante de la fe en acción, no
sólo llegaremos a no tener en cuenta las
apariencias contrarias, sino también a
modificarlas milagrosamente.
26. Obraremos con una fe absurda durante
la vigilia hasta que obremos de la misma
manera en el sueño, entonces la unidad
será realizada en nosotros.
26'. ¿Cómo podría ser veraz ante Dios
quien es falso ante los hombres? Y ¿cómo
podría oír aún a su Señor quien se ha
entregado a las pasiones del mundo?
27. ¡Cómo violentan los hombres sus
cuerpos! ¡Cómo torturan sus espíritus y
cómo vejan sus almas!
«Demos gracias a Dios por la buena
criatura y alabémosle por el fruto
excelente».
27'. Abandonando los espejismos del
mundo y consagrándose a la búsqueda de
la unidad divina, el Sabio evita muchas
complicaciones, muchos excesos y
muchos dolores inútiles.
28. Astuta y criminalmente, han sustituido
las palabras santas por sus palabras
profanas y ahora los mediocres siguen
ciegamente sus consignas, sin ni siquiera
conocer la enseñanza del maestro divino,
de quien se valen con impudencia.
28'. Los encargados de las almas han
abandonado la cosecha de vida por la
cosecha de muerte.
Tanto los engañadores como los
engañados serán rechazados, y habrá
estupefacción, llanto y un desespero
horrible como el fango del cenagal donde
serán relegados con los malvados.
29. ¿Cómo creer cuando la injusticia y la
muerte nos zapan?
- ¿Cómo bendecir cuando la miseria y el
desespero nos aplastan?
- ¿Cómo ser virtuoso cuando todo nos
falta, y cómo ser desprendido cuando el
mundo nos oprime?
29'. La santidad es verdaderamente una
prueba de resistencia y de fuerza que muy
pocos hombres pueden sufrir sin
sucumbir.
«Parecer esto o aquello, encontrarse aquí
o en otro lugar, ¿qué importancia tiene
para quien se ha olvidado en Dios?»
30. Más vale tratar con mil incrédulos que
con un solo sectario ciego e ignorante.
30'. ¿La peor ignorancia no es tomarse en
serio y creer en su propia inteligencia aquí
abajo?
31. Muchos pretenden tener el monopolio
exclusivo de Dios y, por consiguiente,
cada uno excomulga al vecino en nombre
de la gracia, del amor y del conocimiento
que manifiestamente no posee.
31'. No nos dejemos marcar, ni enumerar,
ni conducir, ni explotar como ganado.
Contestemos a los opresores con la
sobriedad, con la sencillez, con la caridad
de nuestras vidas, y propongámosles la
libertad de los creyentes en el seno del
Único.
32. No alardeemos de diplomas, ni de
condecoraciones, ni de títulos, ni de
grados, ni de ningún disfraz para engañar
al mundo y a nosotros mismos.
Permanezcamos más bien en la verdad
de Dios que basta para todo.
32'. No preparemos discursos ni sermones
de hombre. Hablemos de Dios únicamente
cuando el Espíritu Santo nos inspire o
callemos humildemente para no resultar
aburridos ni mentirosos.
33. Los malvados que se denominan
religiosos sólo han trocado su impiedad
natural por la hipocresía social,
y su maldad se ha multiplicado
dentro de sí mismos, envenenándolos
irremediablemente.
33'. La pretensión de algunos falsos
creyentes sólo es comparable a su
obcecación lamentable. ¡Cuán cruel será
su desilusión cuando aparezca la verdad
del Altísimo! ¡Cuánto lamentarán sus
vanos juicios y cuánto llorarán por su
amor ausente!
34. Los que observan exteriormente la ley
hacen bien. Los que viven dentro de su
corazón el amor del Perfecto hacen mejor.
34'. ¿Quién osaría exponerse como un
perro ante todos? Y ¿quién podría, en
público, conversar de amor con el
Bienamado?
35. Los que experimentan una derrota o un
miedo quedan muy resentidos por ello y
ejercen una gran venganza; y los que se
entregan a las pasiones del mundo están
perdidos para Dios.
35'. El que amenaza desaparece
súbitamente antes de haber podido
golpear, y el que promete se escabulle
antes de haber dado nada.
«Sólo las promesas del Señor se realizan
con certeza».
36. ¡Cuán seguros se creen los mediocres
que viven sólo para sí mismos!
- ¡Cuán hábiles se creen los que frustran
a sus hermanos!
- ¡Cuán inteligentes se creen los que
dominan a los desdichados!
- ¡Cuán fuertes se creen los que aplastan
a los débiles!
- ¡Oh, creyentes!, considerad el fin de
los que dicen «YO» y jamás «DIOS».
36'. ¡Oh, cuánto éxito han logrado los
poderosos y los astutos!
- ¡Oh, cuán orgullosos están los
inteligentes y los bien provistos!
- ¡Oh, cuán seguros están los rebaños de
mediocres y de hipócritas!
La tierra ya está entreabierta para
recibirlos y no se dan cuenta, porque la
autosatisfacción les ciega y todos van a la
fosa de la que no se vuelve.
37. ¿Cómo se las arreglarán en el lodazal
de la muerte?
- ¿Cómo falsearán la justicia en las
tinieblas eternas?
- ¿Cómo se apropiarán de la mejor parte
en la fosa de inmundicias?
- ¿Cómo podrán ser astutos y mentirosos
entre los demonios desencadenados?
- ¿Cómo podrán ser feroces y
despiadados en medio de las fieras?
- ¿Cómo digerirán en paz en los
mataderos del infierno?
37'. ¡Oh, creyentes de Dios!, cambiad
vuestra manera de vivir ahora que aún
estáis a tiempo y buscad con empeño las
llaves que abren las puertas de la morada
de vida, de alegría, de amor y de paz.
Abandonad vuestros embarazosos
equipajes a los ávidos, y pedid al Señor de
amor y de conocimiento el camino y el
viático, como hijos extraviados y
arrepentidos, ya que lo inaudito, lo
increíble y lo enorme es lo que debemos
pedir a Dios, que es todopoderoso para
satisfacernos.

38. No doblegamos la vida a nuestras
leyes, es la vida que se acomoda a nuestras
leyes y persiste a pesar de ellas.
38'. ¡Dichoso el que reconoce su
incapacidad y su nulidad aquí abajo, pues
este no teme mendigar diariamente su vida
a Dios!
39. ¡Oh, Señor!, perdona a los ignorantes,
a los extraviados y a todos los pecadores
arrepentidos, pero golpea a los hipócritas
que fingen públicamente piedad y virtud, y
que están llenos de odio, disimulo y
orgullo.
39'. No se trata de ser gentil y amable con
los malvados y los hipócritas. Se trata más
bien de huir de ellos cuando se les
encuentra y de evitarles luego por todos
los medios.
40. Los que sólo cuentan con su saber, su
inteligencia, su valor o su habilidad aquí
abajo se condenan sin saberlo a trabajos
forzados a perpetuidad, y todo su esfuerzo
resulta vano y estéril ante Dios.
«Nuestros padres, que recibieron el
Espíritu Santo, no estaban locos y lo que
enseñan es la verdad».
40'. Observemos bien cómo los ignorantes
y los impíos rechazan sistemáticamente
todo lo que les podría ayudar, cuidar,
consolar y salvar, pues su ignorancia y su
rechazo de Dios obstaculizan la ayuda de
los hombres santos y la de la Providencia
del Señor.
41. Demostradnos esto, hacednos ver
aquello, dicen los incrédulos con la
pretensión vanidosa de los holgazanes que
quieren conocerlo todo sin buscar nada.
41'. ¡Cuán susceptibles son los vanidosos,
cuánto se molestan por no comprender la
evidencia, cuánto se castigan por ser
pedantes e ignorantes!
42. Ni siquiera un milagro podría
satisfacerles, mientras que el espectáculo
del grano que germina ilumina el espíritu
del creyente.
42'. ¿Cómo se podría liberar a los que se
encierran voluntariamente en la grosería
espiritual y en el culto de sí mismos?
43. No es la vestimenta lo que hace al
Sabio ni la barba al profeta, sino sólo la
inspiración del Señor que visita a sus
vivientes en secreto, como quiere y
cuando le place.
43'. Quien no intenta hacerse pasar por lo
que no es y acepta incluso pasar por otra
cosa de la que es, posee ya una gran paz.
44. ¿Acaso un puñado de escribas
incrédulos o hipócritas podrán enterrar
para siempre el talento de Dios? ¿Los
creyentes no publicarán un día el
testimonio de sus ojos, de sus oídos y de
sus corazones?
44'. Reconoceremos a los hipócritas y
a los impíos en que unos y otros
permanecen callados cuando se les invita a
hablar espontáneamente del Señor de vida.
«Siempre entristecedores y siniestros
como muertos».
45. El dinero de los malvados quema
como el infierno, ya que su maldad está
adherida a él como el mal olor a la
inmundicia.

45'. Pero el campo transforma el estiércol
en cosecha, y la gracia de Dios transfigura
el pecado en luz de vida.
46. Todos tienen un oficio, un empleo o
una pensión que les permite vivir y
prosperar. Sólo el que se ha consagrado a
la búsqueda y a la alabanza del Altísimo
no recibe ningún salario aquí abajo. Pero
¿su recompensa no es ya visible en el cielo
y no está inscrita sobre la tierra de los
santos?
46'. Quien haya soportado sin desfallecer
la pobreza y el abandono por la gloria de
su Señor, un día será colmado de las
riquezas del Universo y estará encargado
de distribuir el maná de vida a los
creyentes caritativos y fieles.
47. Muchos ricos dicen: «Nosotros nos
reímos del dinero», y su vida está llena de
bajezas y de rapiñas para adquirirlo.
47'. Quien posee la libertad y el amor
divinos ¿cómo podría aún olvidar a su
Señor para correr tras el viento y la muerte
en el mundo?
48. Otros alardean de sus buenas obras y,
bajo la apariencia de la caridad, hacen
trabajar a los míseros por la mitad del
salario que les es debido. ¡Con cuánta
seriedad se saludan en los atrios de los
templos de Dios y cuán alegremente
festejan en los lugares infames!
48'. ¡Oh, cuán agradable, justo y bien
ordenado encuentran el mundo los que
están bien provistos, cuán satisfechos
están de sus supersticiones, vanidades e
hipocresías, y cuán bien instalados se
sienten en su cloaca putrefacta!
49. ¡Oh, cuán humildes son ante el dinero
los que mendigan su vida a los ricos, cuán
flexible es su espalda y cuán prestas para
bendecir están sus manos ante la hidra
triunfante!
49'. Si el salario de los hipócritas y de los
malvados es el infierno, ¿cuál será el
castigo de quienes les alientan y bendicen
en nombre del Señor de amor y de
justicia?
50. ¡Cuán complacientes son con
los crímenes de los ganadores, cuán
resignados están ante la injusticia que
aplasta a los desdichados y cuán pacientes
son con el desespero de los abandonados!
50'. Ningún creyente puede pensar en esto
sin que se le erice el pelo de terror. «El
hombre puro es el único que no dobla el
espinazo ante el dinero, y este es el signo
raro y precioso por excelencia».
51. Los Sabios ya no guían a las naciones
porque parecen demasiado ignorantes en
este mundo.
Y los santos ya no inspiran a las iglesias
porque no parecen suficientemente
«bienpensantes».
51'. Si los dotados ocupasen aquí abajo los
puestos que les corresponden, ¿qué sería
de la multitud de mediocres y de
fracasados que se agitan en sus vanas
empresas?
52. Algunos se hacen el Sabio y sólo
responden meneando la cabeza con
gravedad o retirándose con sutileza,
pero, generalmente, es para ocultar su
ignorancia, su impotencia y su banalidad
de mediocres incurables.
52'. Otros ensalzan la vida bestial de la
que gozan actualmente y se burlan de la
vida espiritual que ignoran.
En lugar de decir humildemente: «No
vemos nada», afirman orgullosamente:
«No hay nada».
53. Cada cual rehace su pequeña
experiencia de ciego y cada cual propone
su pequeño sistema de agonizante, sin
percatarse de la inmensidad de la creación
de Dios y sin sospechar la presencia de la
doctrina unitiva de los maestros.
53'. No nos rompamos la cabeza con el
Libro, sino más bien el corazón, para
que nuestra alma preciosa germine y
fructifique ante Dios en el secreto del
comienzo y del fin de todas las cosas.
54. Es una seguridad para todos negarse a
introducir y mantener la muerte dentro de
uno mismo y de los demás, cualquiera que
sea el motivo alegado por los mercaderes
de muerte.
54'. Ninguna fe, ningún socorro, ningún
medicamento, ningún alimento, ninguna
seguridad deben imponerse por la fuerza a
nadie bajo el falaz pretexto de salvarle.
55. No hay azar para los creyentes,
el azar es para los que permanecen
voluntariamente extraviados en el lodazal
de la muerte tenebrosa y hedionda.
55'. Los malvados son los instrumentos de
la destrucción de los impíos, así como los
santos son los instrumentos de la
liberación de los creyentes.
56. El mundo sólo otorga sus sufragios a
los destructores y a los envenenadores
profesionales, a los criminales y a los
brutos de oficio, a los opresores y a los
ladrones patentados; y, en todas partes, los
nombres de los santos y de los justos son
reemplazados por los de los malvados.
56'. Los que siembran preparan la
resurrección y los que oran hacen
descender la bendición de Dios. Así, los
más útiles y los más estimables entre todos
los hombres parecen los más inútiles y los
más despreciables en el mundo ciego y
sordo.
57. La cantidad de creyentes importa poco
ante Dios, su calidad es lo único que
cuenta. Así, los que no brillan en la noche
no se reunirán con la luz del esplendor
primero.
57'. ¡Cuán alegres y vivificantes son los
santos de Dios, y cuán siniestros y
mortales son los malvados! «Quien ha
reemplazado su inteligencia por el amor
de Dios y de los hombres es un maestro».
58. La libertad perfecta sería no
tener necesidades ni deseos. «Lo que
escandaliza a los hipócritas ni siquiera
sorprende al santo de Dios; en cuanto al
Sabio, le basta con considerar atentamente
lo que posee para sentirse colmado».
58'. Primero, el Espíritu Santo se unirá al
cuerpo para reanimarlo; luego, el alma
divina unirá estos dos en el esplendor para
glorificarlos en el seno del Señor
magnífico.
59. El maligno no podría ser contrapuesto
a Dios como un igual, pues sigue siendo
una parte del todo que trabaja sin saberlo
en la purificación jerárquica de la creación
dispersada.
59'. La abundancia y la paz descienden
sobre los santos de Dios, como la
desolación y la desgracia se abaten sobre
los malvados.
Así, todos son enseñados aquí abajo de
diversas maneras, pero las apariencias son
engañosas.
60. Las santas Escrituras no son imbéciles
y las Iglesias no son idiotas, pues lo que
enseñan es preferible para el hombre
y lo que prohíben le es peligroso. La
experiencia bien lo demuestra, ya que aquí
la inteligencia no basta para protegerse de
los efectos del pecado primordial. La
obediencia a las leyes de Dios, ¡he aquí la
inteligencia que ilumina y salva!
60'. Los que, vestidos, viajan en barco no
deben despreciar a los que nadan desnudos
en la gran agua; y estos últimos no deben
burlarse de los que son llevados en barca.
Ya que muchos de los primeros naufragan
y algunos de los últimos son devorados
por las bestias del mar antes de poder
llegar a la meta.
61. La sobriedad, la simplicidad y el
estudio atento de las Escrituras santas son
la salvaguarda del Sabio inquiridor de
Dios.
«¡Cuánto favorecen la búsqueda del
Señor de verdad los climas cálidos y los
lugares apacibles!»
61'. En cuanto a los que permanecen en
la tierra extranjera, éstos se destruyen
mutuamente y están separados de la vida
esencial tanto tiempo como dure su exilio
voluntario.
«Los malvados a veces son los
instrumentos de Dios sin que nadie lo
sospeche».
62. Nuestros malos pensamientos, nuestras
malas palabras y nuestras malas acciones
son lo que da entrada en nosotros a los
demonios de la desdicha, del desespero
y de la muerte y, por encima de todo,
la curiosidad imprudente de nuestros
primeros padres.
62'. Nuestros buenos pensamientos,
nuestras buenas palabras y nuestras buenas
acciones son lo que nos salva de la mezcla
infame y de la muerte putrefacta; pero, por
encima de todo, es el amor de Dios lo que
nos ilumina y purifica del veneno antiguo.
63. Si Satán pusiera una vez el amor de
Dios por encima de su propia inteligencia
y de su propia estima sería salvado y
reintegrado en la unidad viva del Único.
63'. En cuanto a nosotros, no se trata de
convencer al mundo, se trata más bien de
ayudar a los hombres de buena voluntad
como hizo nuestro bello Señor enseñando
la salida del infierno mitigado.
64. ¡Cuán hábiles son los malvados para
desgarrar y destruir, y cuán pobres son
para alentar y socorrer!
64'. ¡Antes raíces crudas, pan tosco y agua
clara con la paz del Señor que todas las
riquezas de la tierra con la rabia venenosa
de los malvados!
65. Quienes hayan sostenido las obras
destructoras de Satán, ya sea por amor al
lucro o por inclinación natural, no deberán
recriminar nada a la hora del ajuste de
cuentas, ya que nadie les habrá obligado a
aumentar el desorden de la muerte.
65'. Muchos ladran tras los Judíos por
incitación o por celos, sin saber que son
ellos quienes nos han transmitido la luz de
Dios heredada de la tierra de Egipto y
quienes han sido privados de ella a causa
de su mala conducta, tal como ahora nos
sucede a nosotros.
66. La justicia del Señor será minuciosa e
implacable para con los malvados y los
hipócritas, estemos seguros de ello y
temamos ser contados entre estos últimos,
con gran asombro para nosotros.
66'. La desgracia golpea duramente a los
rebeldes y a los impíos, pero el perdón y la
bendición del Señor descienden con
abundancia sobre los generosos y sobre
los creyentes.
67. Los Sabios han penetrado y revelado
el misterio de la caída y de la
reintegración del hombre y de toda la
creación en Dios. Sin embargo, para los
creyentes se trata más bien de salvarse que
de comprender y explicar el secreto
divino.
67'. La verdadera filosofía no descansa
sobre las sutilezas delirantes del espíritu,
ni sobre los principios rígidos de una
moral, ni sobre la observancia minuciosa
de ritos, sino más bien sobre el
conocimiento del contenido del núcleo de
todas las cosas.

67". Aquí abajo, todo es como la sombra
movediza de la única realidad divina.



Hay diversidad de dones, pero es el
mismo Espíritu; diversidad de
ministerios, pero es el mismo Señor;
diversidad de operaciones, pero es el
mismo Dios quien opera todo en todos.
PABLO

Tu juicio es la luz que se levantará.
OSEAS

*

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