jueves, 12 de febrero de 2015

El Final del Ciclo Vital - en you tube -



El Final del Ciclo Vital 

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https://www.youtube.com/watch?v=es_nL4ep8x0&feature=youtu.be


Hasta cuando debemos reencarnar? Este es uno de los frecuentes interrogantes del investigador espiritual. Que surge constantemente en la inquieta mente del aspirante, pero el contestar esta pregunta acerca de la duración de la vida de la humanidad no es fácil, pues al igual que no se puede predecir la encarnación de un ser humano, tampoco lo podemos hacer con la gran totalidad por falta de sabiduría. Sin embargo, tenemos el privilegio de conocer parte del Plan de Evolución del planeta, el cual ha sido investigado en la Memoria de la Naturaleza, y es equivalente al Panorama de la vida humana. El hombre se parece a la tierra y ésta al hombre. Nuestro planeta es un ser viviente en todo el sentido real de la palabra y experimenta su propia evolución. Nosotros vivimos dentro de la inmensidad del Ser Planetario y hacemos parte de su existencia, en tanto que éste evoluciona inmerso en la vida del Sistema Solar. La Tierra tiene sus propios ciclos cósmicos los cuales han sido estudiados por los Grandes Seres. Dentro de estos ciclos, en el actual período de evolución y a través de los mundos en los cuales se desarrolla el hombre, el planeta tiene siete grandes reencarnaciones en el plano físico, de las cuales llevamos tres y vamos un poco más allá de la mitad de la cuarta. Al final de cada encarnación nuestro Ser Planetario muere en todo el sentido de la palabra. La vida parece retirarse de él porcompleto y con ella toda la humanidad y todos los seres que lo habitan, los cuales pasan al mundo Etérico. Este proceso lleva cientos de miles de años durante los cuales el cuerpo Planetario sufre una gradual transformación en tanto que toda la vida entra en un gigantesco proceso postmortem al igual que los hace un hombre al final de cada vida. Del Mundo Etérico, las oleadas de vida pasan al Mundo Astral y luego al Mundo del Pensamiento hasta dar una vuelta de retorno, descendiendo nuevamente hacia los planos mas densos para un nuevo y gigantesco renacimiento planetario de la vida. El tiempo entre una reencarnación terrestre y la otra es de millones de años actualmente y durante éste lapso toda la vida planetaria prepara las condiciones de la futura existencia. Cada uno de estos ciclos vitales de renacimiento planetario es conocido como una Revolución Cósmica. Estamos actualmente en la cuarta de siete, del actual período de evolución. Esta Revolución Cósmica durante la encarnación terrestre se divide en siete grandes Épocas: Polar, Hiperbórea, Lemúrica, Atlántida, Aria, Nueva Galilea y Época de Oro. Hemos recorrido ya las cuatro primeras y estamos en la quinta o Aria la cual se subdivide a su vez en siete razas de las cuales han aparecido completamente cinco y está naciendo la sexta. Falta aún su florecimiento y la aparición de la séptima raza, y posteriormente las sexta y séptima Épocas para que termine esta cuarta encarnación terrestre, lo cual requerirá de algunos millones de años durante los cuales todos los seres humanos tendremos muchísimas vidas terrestres en forma consecutiva. Luego vendrán otras tres grandes encarnaciones terrestres o Revoluciones Cósmicas. Esto nos da una medida del largo camino evolutivo de la humanidad. 

Al final de la séptima reencarnación terrestre de este período evolutivo, el mundo Denso Químico se replegara completamente y todas sus fuerzas serán elevadas en vibración y superimpuestas en el plano Etérico y ya nadie encarnará más en cuerpos físicos. Todo este largo proceso permite un lento pero efectivo perfeccionamiento de la vida evolucionante. Al final de éste período evolutivo, toda la humanidad o por lo menos la gran mayoría habrá alcanzado una altura similar y superior en jerarquía a la de los Ángeles actuales los cuales a su vez habrán subido un peldaño más en la escala. 

El tiempo que falta para todo esto es el necesario para que todo ser humano alcance la perfección en lo que concierne al plano físico. 

Aquellos que se rezaguen tanto que no sean capaces de alcanzar el desarrollo esperado, serán sacados de éste esquema evolutivo, siendo éste el caso de los magos negros y seres que trabajan con fuerzas oscuras. Aquellos adelantados en su trabajo como los pioneros de la humanidad, dejarán de encarnar desde mucho tiempo antes de finalizar éste ciclo terrestre, siendo éste el caso de los Iniciados. Nadie que no alcance el punto de evolución necesario puede escapar de la cadena de reencarnaciones porque mientras sea indispensable aprender debemos retornar a la escuela de la vida. Si estamos encarnados, todavía no ha terminado nuestro trabajo en la Tierra. 

Durante todos los renacimientos del planeta hemos estado presentes y en la actual Época Aria hemos encarnado en muchas razas, miles de veces, en diversos países del planeta. 

Muchos anhelan la muerte como la suprema liberación de sufrimiento pero el conocimiento del proceso postmortem nos revela que si bien nos podemos quitar el lastre de la enfermedad en forma temporal al morir, no podemos eludir el Karma entre uno y otro lapso de existencia. Aquellos que desean no volver al mundo Físico, el cual identifican con el sufrimiento, desconocen por completo el verdadero valor de la vida en esta maravillosa escuela de la experiencia. Desde el punto de vista de la evolución es deseable el vivir encarnaciones lo más largas y fructíferas posibles con el objeto de derivar de ellas la máxima sabiduría. La perfección es el precio a pagar por la liberación de la rueda de la vida y el único camino para lograrlo es el Sendero de Santidad que se recorre por la vida espiritual verdadera. Nos libraremos del Karma únicamente cuando dejemos de quebrantar la Ley Cósmica, y esto solo es posible gracias a la sabiduría que nos aporta el conocimiento real del Universo. 

Al terminar este Período Terrestre, luego de la séptima encarnación física de la Tierra, no habrá terminado nuestra evolución pues un futuro desarrollo le espera al cuerpo Etérico, al cuerpo Astral y al Mental. En sucesivos períodos evolutivos no encarnaremos en cuerpos Densos pero si en vehículos Etéricos porque entonces el éter será la clase de materia más densa del Sistema Solar. Tales cuerpos serán perfeccionados hasta alcanzar el conocimiento total del Éter y sus fuerzas y el hombre alcanzará una altura superior a la de los Ángeles actuales. Luego, la Vida Planetaria dejará de encarnar en el Éter y vendrá un nuevo período donde el hombre vivirá en su cuerpo Astral hasta perfeccionarlo y alcanzar un desarrollo similar y superior al de los Arcángeles actuales. 

Finalmente, el ser humano solo vivirá en su cuerpo Mental hasta que logre su perfección y llegue a ser como los Señores de la Mente convirtiéndose en un Creador en los planos Físico, Astral y Mental. Cada período evolutivo o ciclo de siete encarnaciones planetarias dura billones de años y cuando se completen siete de estos (actualmente vamos en el cuarto), todos los mundos de este Sistema se habrán replegado en sí mismos y todas sus energías se condensarán en la consciencia del Divino Arquitecto del sistema Solar el cual habrá cumplido su Plan y se retirará a la Vida Una a descansar junto con todos los seres que lo integran para despertar luego de muchas edades de reposo y preparación a otro nuevo Día de Manifestación, pues los Sistemas Solares al igual que los hombres y los Universos tienen sus Días y sus Noches, sus vidas y muertes, pues tal como es arriba así es abajo como lo anuncia la infinita Ley de Analogía. 

Al finalizar el presente Período Terrestre, el cuerpo Denso habrá alcanzado un alto grato de perfeccionamiento que es inconcebible para la Mente común de la actual humanidad. El hombre habrá logrado el dominio de sus bajas pasiones y el Amor reinará sobre la Tierra. Un alto grado de conocimiento será alcanzado y la mayoría de la humanidad habrá desarrollado la Laringe Creadora, un órgano que le permitirá modificar a voluntad la estructura de la materia y cristalizar moléculas en el mundo Denso. El Poder del Verbo hará del hombre un creador gracias a la transmutación de la fuerza sexual en Divina Pureza. EI soñado Paraíso será una realidad y cada ser humano habrá logrado un contacto verdadero entre su Espíritu y sus vehículos. Dos sentidos más se habrán desarrollado en toda la raza humana: la intuición espiritual y la clarividencia verdadera. El planeta será muy diferente de lo que es ahora pero al igual que ocurre con el destino de un individuo en particular, sólo podemos vislumbrar en un leve bosquejo las principales escenas del Plan de la Vida Planetaria. La verdadera historia solo está al alcance de los Iniciados y la última palabra solo puede ser contemplada por la Mente Divina.

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del libro  "El Misterio de la Vida:  Antes y después de la muerte"
José Vicente Ortiz Zárate

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