Pasiones
Es bueno no someterse al deseo.
Una vez que se ha cedido, es muy difícil, si no
imposible, dominarse.
Quien no está en condiciones
de dominarse a sí mismo
nunca podrá verdaderamente dominar sobre otros.
Del mismo modo que está en la naturaleza del agua
fluir hacia abajo, así también el vicio arrastra hacia
abajo al ser humano y es, sin lugar a dudas, el camino
más fácil.
La virtud conduce al ser humano hacia arriba, y por
eso aparece como el camino difícil.
Dice Nanak: los sueños son la prueba de que el
alma utiliza los sentidos como instrumentos. Pero
sólo cuando el alma conserva el control sobre los
sentidos, éstos son instrumentos suyos, y el alma
madura para la unión con el Paramatma, el Alma
universal.
Multiplicar innecesariamente los deseos es pecado.
Nuestro mayor enemigo no es el extranjero ni
ningún otro.
Somos nosotros mismos, es decir, nuestra codicia
nuestro enemigo.
La avidez humana se extiende hasta las más elevadas
alturas del cielo y los más profundos abismos de
la tierra.
Por eso es preciso ponerle freno.
El alcohol hace momentáneamente insensato al ser
humano pero el orgullo lo destruye por completo,
sin que el ni siquiera se percate.
La envidia consume a quien la alienta
El que es objeto de la envidia no se ve afectado por
ella y, posiblemente, ni siquiera la percibe.
Los dolores del hambre no se calman llenando el
estomago a reventar. Sí pueden vencerse conformándose
con tomar una limitada cantidad de alimento,
como una medicina.
Es meritorio dominar la ira con amigos y parientes.
Ante los extraños tenemos que dominarnos de todos
modos. ¿Qué mérito puede haber en ello?
Cuando un ser humano da rienda suelta a su ira,
sólo se daña a sí mismo.
La experiencia diaria nos enseña esta verdad.
Sólo puede decirse que ha dominado la ira
quien no se enoja ni siquiera
cuando tiene motivos para ello.
Si el corazón sigue lleno de ira, aunque ésta no se
manifieste exteriormente, no se la ha vencido.
La verdadera victoria sobre la ira sólo se da cuando
se extirpa conscientemente de raíz.
La indigestión y otras afecciones similares no son
las únicas causas de la fiebre. También la ira puede
provocarla.
Sólo da fruto la obra que se realiza una vez que se
ha calmado la ira.
¿Con quién quieres estar furioso?
¿Contigo mismo? Puedes hacerlo cada día.
¿Con otros?
¿Por qué ha de haber un motivo para ello?
No es el ser humano
quien disfruta del placer;
es el placer el que disfruta del ser humano,
es decir, el que lo consume.
El egoísmo es un constante suplicio.
Unas palabras egoístas siempre pueden
ser consideradas poco sinceras.
Ser esclavo del miedo y del egoísmo
es la peor forma de esclavitud.
Por muy elevado que sea un empeño,
debería incluir también a las criaturas más viles.
El egoísmo y el miedo desaparecen
cuando se conoce a Dios.
de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma
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