sábado, 7 de noviembre de 2015

El Mensaje Reencontrado LIBRO XXXX


LIBRO XXXX


Hay para la plata un lugar de donde
extraerla; para el oro, un lugar donde
purificarlo.
JOB


VÉNÈRE ITU 
LA FUNDICIÓN
1. Iré a ti, con las manos llenas de tu
vendimia y la espalda encorvada por el
peso de tu cosecha, y mi alegría será
recibir tu beso de vida y comunicarlo a los
hijos que me has confiado, ¡oh, Señor que
colmas la santa obediencia!
1'. Iré a ti, con el corazón purificado y el
espíritu claro dentro de tu cuerpo
resucitado, si me envías tu salvación desde
este mundo, Señor de amor y de
conocimiento verdaderos; porque sólo tu
esplendor es recibido por tu esplendor y
sólo tu santa unidad se funde en el Único.
2. ¡Oh, Señor de libertad!, danos la
inteligencia suprema que es la obediencia
a tu santa voluntad, a fin de que tu
creación esté sometida a nosotros por el
amor que tenemos por ella, como estamos
sometidos a ti por el amor que nos tienes.
2'. ¡Oh, Señor de fundación!, danos la fe
todopoderosa que coagula y que disuelve
tu santa luz de vida, a fin de que seamos
establecidos señores y guardianes fieles de
tu creación maravillosa en la eternidad de
tu gloria.
3. Ve, coge el Libro de la última
advertencia y predica al mundo que se
duerme en su mugre, porque se acerca la
hora en que su tiempo se va a acabar, y ya
ha comenzado sin que nadie se dé cuenta.
3'. Ve, coge el Libro de la última
oportunidad y predica mi venida
mendigando tu vida terrestre, porque ya
nada pertenece a nadie aquí abajo, pero
nadie lo sabe todavía.
4. Acordémonos de las malas acciones que
cometemos y olvidemos las que sufrimos.
4'. Acordémonos de las buenas acciones
recibidas y olvidemos las que hacemos.
5. Desgraciadamente, los que se han
encargado de guiar a los creyentes no
penetran sus propias Escrituras y ya no
oyen a su propio Señor, pues se han vuelto
como funcionarios ciegos y sordos,
encerrados en reglamentos muertos y
abandonados por el Espíritu Santo que
odian por encima de todo.
5'. ¿Qué responderán el día del juicio
cuando se les vuelva a pedir el talento que
han enterrado? Su excesiva prudencia se
ha vuelto como la peor ignorancia, como
la peor cobardía y como la peor muerte.
También éstos se han apoderado de las
llaves de la ciencia de Dios y, al no
haberla penetrado, ahora impiden a los
demás entrar en ella.
6. Actualmente, experimentamos la cruel
verdad de la palabra señorial y vemos a
los que se han encargado de transmitir la
palabra de Dios enterrarla y sentarse
encima, por si acaso un curioso quisiera
examinarla de demasiado cerca.
6'. Todos los ricos en dinero, en honores,
en diplomas, en grados, en ciencias, en
castas, en rangos, en cargos y en empleos
están imposibilitados por la pretensión y el
orgullo para recibir y penetrar la palabra
revelada de Dios.

6". Estos corrompen sutilmente la palabra
de Dios por sus pequeños juicios, otros la
desprecian abiertamente en el mundo y
todos la tuercen más o menos hábilmente
según sus intereses del momento.

7. Los ídolos de este mundo parecen
colmar a quienes los sirven y a quienes los
inciensan, pero, en realidad, devoran su
substancia más íntima, que es su alma, y
ofrecen la muerte a sus adoradores como
recompensa última.
7'. Iremos a los humildes, a los pobres, a
los desheredados, a los abandonados, a los
ignorantes, a los sencillos, a los pequeños,
a los vagabundos, a los oprimidos, a los
inválidos, a fin de que sean enriquecidos,
liberados, honrados, instruidos, curados y
resucitados en el Señor que viene.
8. Los que se han establecido en la letra
ciega y sorda de las Escrituras reveladas
ya no pueden recibir nada de la
profundidad y de la altura, pues su orgullo
les impide aceptar nada del Espíritu Santo
que enseña a los corazones humildes y
abiertos.
8'. Después de habernos ignorado,
rechazado, enterrado, echado, condenado
y difamado, los bienpensantes nos
saquearán sin vergüenza, sin
reconocernos.
«La mediocridad y la cobardía hurtan la
corteza, pero no reciben la almendra
oculta».
9. Practicaremos ciega y estúpidamente
los consejos del maestro que nos dice
que recemos por nuestros enemigos y
bendigamos a nuestros perseguidores, que
amemos, socorramos y soportemos a los
demás y a nosotros mismos, que no
juzguemos y no condenemos, que pidamos
nuestra vida a Dios todos los días y que le
demos gracias y le alabemos por este
don inestimable, perdonando a todos
y haciendo el bien en secreto, sin
preocuparnos demasiado de los asuntos
del mundo.
9'. Practicaremos ciega y estúpidamente la
palabra del Señor a fin de que nuestra
razón ciega y sorda no obstaculice la
realización de las obras de la fe, a fin de
que nuestro juicio superficial no nos prive
de los frutos de las obras de la fe y a fin de
que nuestra inteligencia caída no nos
arrastre en la sórdida batalla de las bestias
brutas que no acaba.
10. ¡Oh, terror!, ¡oh, tristeza!, el mundo
ha matado indiscriminadamente a los
incrédulos, inteligentes o imbéciles, sabios
o ignorantes, pues unos y otros rechazan el
Libro como una cosa inútil y vana,
después de haberle echado una ojeada
ciega o después de haberlo oído sin
comprender.

                                                                                                       10'. La maldición que han atraído sobre
ellos por su negación y su abandono de
Dios se hace aún más pesada con su
delirante vanidad, y helos aquí ciegos y
sordos a la palabra de vida. Su
embrutecimiento los condena siempre más
sin que se den cuenta, y su falsa seguridad
les lleva a la fosa.

11. En cuanto a los bienpensantes que han
emasculado y matado la palabra de Dios
para ponerla en conserva, la revelación
viva que se les ofrece de nuevo les espanta
y les hace huir como la luz hace que las
cucarachas entren de nuevo bajo la piedra
ciega.
11'. Son incapaces de discernir lo
verdadero de los falso, lo bello de lo feo,
lo bueno de lo malo, la vida de la muerte,
y necesitan consejeros diplomados y
patentados, tan ciegos y tan sordos como
ellos mismos, para guiarles en sus
vanidosas tinieblas.
12. Nos regocijaremos en nuestra
recompensa santa.
12'. Y ellos aullarán con las bestias, sin ni
siquiera comprender lo que les ocurre.
13. Los que nos rechazan serán rechazados
el día del juicio.
13'. Y los que nos entierran serán
enterrados para siempre.
14. Nuestro triunfo en Dios será tan
resplandeciente que los condenados se
preguntarán por qué milagro no han oído
nuestra voz.
14'. Los que más amamos son los que más
aman a Dios y su maravillosa creación,
pues ¿acaso no somos hijo y preparador de
Dios?
15. Los que aman la antigua revelación
también amarán la nueva.
15'. Los que entienden la nueva revelación
también entenderán la antigua.
16. Muchos pastores tienen buena
voluntad, pero han perdido la sal de la
sabiduría, y los más instruidos entre ellos
ya no la conocen más que por símbolos y
de oídas, sin saber de qué se trata en
verdad.
16'. Felices quienes recuerdan que el
Señor nació en un humilde establo,
bienaventurados quienes reencuentran su
huella en este mundo y muy felices
quienes le calientan de nuevo como asnos
sabios.
17. Si somos ignorados y rechazados por
el mundo a causa de nuestra búsqueda de
Dios, es porque una gran recompensa nos
está reservada, pero pocos saben esto.
17'. Los ángeles de Dios montan guardia
vigilantes alrededor de los prometidos a la
salvación, a fin de que no se extravíen en
las posesiones ilusorias de este mundo
pasible.
18. Muchos son inteligentes y muchos son
razonables según el mundo ciego y sordo,
pero muy pocos poseen el Espíritu divino,
el único que ilumina e instruye acerca de
la palabra de Dios, que enseña la ciencia
de la vida eterna.
18'. No estamos de moda, y los
inteligentes y los sabios del mundo nos
ignoran voluntariamente, o bien, nos
miran sarcásticamente o con compasión.
Un día, también los ignoraremos, a pesar
de sus aullidos de animales acosados.

19. Cuanto más apremiantes y numerosos
hayan sido mis pasos para con vosotros,
dice el Señor Dios, más total y definitivo
será mi rechazo el día de juicio, si no los
habéis recibido en su tiempo, ni
reconocido en vuestros corazones.
19'. Os morderéis los dedos y la lengua
y os destrozaréis mutuamente en la
confusión y en la rabia de vuestras
tinieblas ciegas y sordas, al daros cuenta
de vuestra propia condena, imbécilmente
escogida.
20. En cuanto a vosotros, los benditos de
mi corazón, que habéis respetado mi ley,
observado mis mandamientos y realizado
mi obra, se os vestirá de nuevo y seréis
revestidos de mi gloria por la eternidad, y
vuestra alegría no acabará nunca, dice el
Juez silencioso.
20'. Vuestra sorpresa será muda, pero
después vuestras alabanzas y vuestros
cantos de victoria incluso cubrirán el
ruido del infierno donde se pudrirán
los condenados, y viviréis en el
agradecimiento de mi amor sin cansaros
jamás, dice el Señor de justicia y de
perdón.
21. El desdén que el mundo nos muestra
es nuestra salvaguardia.
21'. La atención que prestamos a la
creación de Dios es nuestro salvamento.
22. Nuestra gran inteligencia y nuestra
sutil malicia nos alejan de la salvación de
Dios con tanta seguridad como la
estupidez y la grosería de los brutos
establecidos aquí abajo.
22'. Al verte, Señor, caeremos al suelo, al
oír tu voz nos revolcaremos de alegría, al
percibir tu olor nos enderezaremos y al
sentir tu beso pasarás adentro de nosotros,
y viviremos en ti para siempre.


Aquel día, los sordos oirán las palabras
de «un Libro» y, al salir de las tinieblas y
de la oscuridad, los ciegos verán.
ISAÍAS

Las palabras de los Sabios son como
aguijones, y sus recopilaciones como
clavos hundidos. Son dadas por un único
Pastor.
ECLESIASTÉS

*

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