lunes, 2 de noviembre de 2015

El Mensaje Reencontrado LIBRO XXXV


LIBRO XXXV


¡Oh, cuán pequeño es el número de los
creyentes!
CORÁN

Son infieles todos aquellos cuyo cuerpo
está penetrado por impurezas.
ZOROASTRO


VÊTE EN URI
 LA SANGRE
1. ¡Oh, Señor nuestro y Dios nuestro!,
confirma en el cielo nuestra palabra y
nuestra visión terrestres, como nosotros
confirmamos aquí abajo tu santo Nombre
y tu santa presencia celestes.
1'. ¿Quién osaría intervenir en los asuntos
profanos de los hombres, cuando ni
siquiera el Señor Dios pone la mano en
ellos? ¿Acaso cada uno no debe creer,
rezar, buscar y encontrar para sí mismo?
2. Los fieles piadosos oyen hablar de la
cosa bajo el velo de las santas Escrituras,
según su atención y según su
entendimiento. Estos son oyentes y
prometidos a la salvación de Dios.
2'. Los santos creyentes de Dios se
benefician de la cosa gracias a los elegidos
de Dios, según su caridad y según su
fidelidad. Estos son socorridos y salvados
por Dios.
3. Los elegidos de Dios reciben la cosa de
manos de los Hijos de Dios, según sus
plegarias y según la pureza de su vida.
Estos son depositarios y conservadores de
Dios.
3'. Los Hijos de Dios hacen la cosa con
sus manos, según la gracia y según el
amor de Dios, y la comunican según su
voluntad santa. Estos son conocedores y
poseedores de Dios.
4. Que cada uno practique la religión de
sus padres o la que haya elegido, y que
cada uno penetre su fe particular antes de
confrontarla con la de los demás.
4'. Así, al penetrar hasta el centro secreto,
cada uno será unificado en la unidad del
Único y se convertirá en «Mensajero
Reencontrado».
5. A veces, algunos buenos hijos reciben
de un Hijo de Dios la cosa oculta en todos
los tiempos y la perfeccionan según sus
instrucciones.
5'. Pero muy pocos Sabios inquiridores
obtienen de Dios la gracia de descubrir el
origen del caos, donde se oculta la santa
luz de vida.
6. Estos socorren a su prójimo y hacen
recordar en el mundo oscurecido la vía
Sabia y santa que salva de la muerte.
6'. Generalmente, éstos permanecen
ocultos, limitándose a suscitar portadores
de luz que manifiestan la verdad de Dios
en el mundo.

7. Así pues, están los que oyen hablar de
la cosa o que ven sus efectos.
7'. Después, están los que se benefician de
la cosa sin conocerla y sin poseerla.
8. Luego, están los que reciben la cosa y
hacen uso de ella, según los mandamientos
de Dios, para el bien de los pobres y de los
abandonados.
8'. Finalmente, están los que conocen la
cosa y la hacen, con la ayuda de Dios, para
su propia salvación y para la de los suyos.
9. ¿Quién alcanzará el conocimiento del
Único Esplendor?
9'. Y ¿quién será unificado con los
Heloym en el Único Dios?
10. ¡Oh, ricos vanidosos y estúpidos, os
hemos mendigado un poco de pan a
cambio de las riquezas de Dios, y nos
habéis rechazado sin ni siquiera mirar lo
que os ofrecíamos!
10'. Un día, también vosotros nos
mendigaréis un poco de agua del cielo a
cambio de todas vuestras riquezas
terrestres, pero os rechazaremos sin ni
siquiera echar una mirada a vuestro
estiércol.
11. Los que ahora desprecian y rechazan
a los creyentes pobres, un día serán
despreciados y rechazados por el Señor a
causa de la pobreza de sus corazones.
11'. No pensemos encontrar al Señor y
después dejar el mundo. Primero debemos
dejar el mundo y después encontraremos
al Señor.
12. Os hemos visitado desde fuera
amonestándoos y llamándoos a la gracia,
al amor y al conocimiento del Señor de
vida.
12'. Ahora, os visitamos desde dentro
animándoos y confirmándoos en la gracia,
en el amor y en el conocimiento del Señor
Dios.
13. Quien no sabe rezar solo debe hacerlo
con la comunidad de los creyentes, a fin
de entrenarse en la plegaria particular que
brota en todos los tiempos y en todos los
lugares en la alegría de la unión divina.
13'. Quien sabe rezar solo se basta a sí
mismo, porque el Señor es un compañero
todopoderoso y perfecto. No obstante, no
desdeña rezar también algunas veces con
la comunidad de los creyentes en la alegría
de la unión fraternal.
14. Hay que dar para recibir.
14'. Y hay que sudar para ser regado por el
dulce rocío del cielo.
15. Te perdono tu pecado que es tu
enfermedad, me ha dicho mi Dios, a fin de
que, en lugar de levantarte contra mi
NOMBRE y contra mi creación, alabes
mi gracia y mi amor en mi eternidad.
¿Comprendes, hijo mío, que llamas a
gritos a tu Padre?
15'. Amigos míos, no vayáis a las fiestas
de los hombres, de donde se vuelve con el
corazón triste y el cuerpo cansado. Id a
visitar a los enfermos y a los prisioneros e
invitad a los pobres, a fin de que vuestro
contento sea perfecto y para que el Señor
os envíe su bendición que salva de la
muerte.

16. Los golpes que nos llegan nos
iluminan maravillosamente, pero muy
pocos lo comprenden y muy pocos sacan
provecho de ello en este mundo.
16'. Conoceremos con certeza que estamos
cerca del Señor cuando amemos a toda la
humanidad y toda la creación con un
mismo impulso y con un mismo corazón.
17. Pedimos auxilio a nuestro Dios en la
prisión donde agonizamos, pero él nos
observa sin decir una palabra y deja que
nos desgarremos en las zarzas que lo
invaden.
17'. Ahora, Señor, henos aquí
reconciliados con todos los seres caídos en
el barro del pecado, sin distinción, y
nuestro corazón está unido para siempre a
los corazones de los desgraciados que
sufren en la gehena.
18. ¡Que quien esté vivo lance gritos de
alegría y de agradecimiento hacia el Señor
que nutre el Universo! ¡Y que quien sufra
pida perdón, a fin de que su pecado le sea
quitado por el Magnánimo!
18'. ¡Oh, señor de vida!, danos la salud del
cuerpo y el contento del corazón, pero, por
encima de todo, danos el amor de tu ser, es
decir, el amor loco que nos transporta a tu
santa eternidad.
19. Tú nos sumerges en la gehena con los
condenados, Dios mío, y después nos
retiras de ella, a fin de que comprendamos
que también debemos visitarlos y
reconfortarlos en tu NOMBRE.
19'. Tus lecciones son duras, Señor, y
muchos no las comprenden, pero para tus
hijos es un enriquecimiento sin fin ¡Oh
buen Señor!, enséñanos suavemente y con
paciencia, porque este mundo es malvado
y el dolor habita en él.
20. En el infierno no se reza, sino que se
aúlla con los malditos. Permite que
comprendamos la lección. Señor, antes de
que seamos precipitados ahí brutalmente.
20'. Señor clarividente, muéstranos a los
que en verdad te aman, a fin de que
besemos sus manos, de donde emana el
excelente olor de amor y de caridad.
21. Los buenos hijos de Dios sacan partido
de todo lo que les ocurre, porque
armonizan con la voluntad del Padre que
les conduce, mientras que los demás,
que siguen su voluntad particular, están
cegados y se desgarran cada vez más en
las zarzas del mundo mezclado.
21'. La humildad es acordarnos siempre
de que estamos en equilibrio inestable al
borde del abismo, donde nadan el
sufrimiento, la locura y la muerte.
22. Cuando nos hayamos vuelto pobres
hasta el punto de sentirnos como invitados
en nuestras propias casas, estaremos libres
y en paz en cualquier parte del mundo.
22'. Si no mesuramos el sufrimiento del
mundo caído, ¿cómo conoceremos nuestro
exilio? Y si no mesuramos la alegría de la
vida divina, ¿cómo conoceremos el
sentido de nuestro salvamento?
23. Nuestros hijos y nuestras hijas
repoblaran la tierra perdida por Adán, y
sus alabanzas a Dios resonarán hasta los
cielos mas elevados.
23'. Algún día, nuestra alegría y nuestro
reposo estarán sólo en Dios, porque Dios
es nuestra alegría y nuestro reposo por la
eternidad.


24. El Libro no está hecho para ser leído
en un mundo acelerado. Está destinado a
los supervivientes, para el tiempo de su
convalecencia entre las ruinas humeantes.
24'. ¿No hemos predicado hasta el final en
un desierto de osamentas? ¿No querrá
ahora el Señor transformarlo en un jardín
perfumado y resplandeciente de vida?
25. Tú nos mezclas con los condenados
y te retiras de nosotros a fin de que
mesuremos nuestra nada. Realmente,
Señor, no estamos orgullosos de nosotros
aquí abajo.
25'. En cuanto nos golpea el sufrimiento,
todas nuestras plegarias se ahogan en
hipos de dolor, y nuestra inteligencia se
hunde en los gritos de la bestia.
26. Si nos abandonas, Señor, henos aquí
perdidos, porque ya ni siquiera podemos
pedirte socorro, tan grande se ha vuelto
nuestra debilidad.
26'. No nos entregues al mal, bello Señor
de vida, mas libéranos antes de que
nuestros corazones sean marcados por la
duda que mata el alma.
27. La mejor manera de rogar a Dios y de
servirle aquí abajo es asistir a los enfermos
abandonados, visitar a los prisioneros sin
familia, socorrer a los pobres, a las viudas
y a los huérfanos necesitados.
27'. ¿Hay una plegaria más magnífica al
Altísimo que la ayuda mutua fraternal de
la caridad? Y ¿hay primicias más seguras
de nuestra unión en el Único Amor?
28. ¡Oh, creyentes en el único Padre!, no
esperéis que los desgraciados os tiendan la
mano.
28'. Buscadlos y socorredlos, porque
muchos ya no tienen el coraje ni la fuerza
de venir hasta vosotros.
29. Una sola visita a los abandonados de
las prisiones, de los hospitales o de los
tugurios vale más que toda una vida de
edificantes plegarias en las iglesias
mundanas.
29'. Dios reserva una terrible sorpresa a
los hipócritas que rezan públicamente y
hacen el mal en secreto.
30. El Señor expulsa brutalmente a sus
bienamados de los lugares de vanidad,
donde resuenan bellas palabras en el vacío
de los corazones.
30'. Porque los prefiere allí donde la
caridad consuela activamente a los
hombres que sufren y son desgraciados.
31. Cuando Dios nos abandona es para
que mesuremos lo infinito de nuestra
debilidad y de nuestra nada.
31'. Así, los inteligentes aprenden que no
son nada sin él.
32. Un impío que socorre a sus hermanos
humanos está más cerca de Dios que un
creyente que reza públicamente sin hacer
nada por nadie.
32'. Así, quien ama y respeta la creación
de Dios ya camina en la vía santa que
conduce a la vida que no perece.

33. ¿El Libro no es más para los
extraviados que buscan llorando el camino
de la vida, que para los creyentes que se
han instalado en la muerte de este mundo?
33'. Cuando el Señor misericordioso nos
despierta a puntapiés, no es para bromear,
sino, más bien, porque no estamos donde
debemos ni hacemos lo que debemos.
34. El final de los malvados será una
enseñanza para los que creen en sus
corazones y para los que ven con sus ojos.
34'. Por culpa de los hipócritas, se ha
quitado a los bienpensantes su prioridad
sobre el Libro y se ha dado a quienes lo
acogen sin espíritu homicida ni
exclusivista.
35. Quien muerde la mano que le alimenta
y que le eleva a la vida espiritual es
maldito, y su memoria será anatema entre
los suyos como la de un Judas.
35'. Serán atados de pies a cabeza dentro
del saco negro, hechos pedazos, reducidos
a cenizas y dispersados en las seis
direcciones; tal será la suerte de los
perseguidores de los profetas de Dios.
36. Señor del cielo ¿cómo escaparemos,
sin tu ayuda, del embrutecimiento de las
necesidades de la vida exiliada en la
tierra?
36'. Este mundo es una terrorífica batalla
de bestias brutas que no conviene a los
pacíficos hijos de Dios.
37. Los Hijos de Dios no poseen nada en
este mundo perecedero, porque su reino
está en el sol bienamado.
37'. Por eso, nos predican el desapego del
mundo terrestre y el retorno al mundo
celeste donde la vida no está contaminada
por la muerte.
38. El hombre es ingenioso para
organizarse en esta tierra de exilio, pero
no puede salir de ella sin la ayuda de Dios.
38'. Verdaderamente, el reino de Dios no
es de este mundo, por eso los Hijos de
Dios parecen errantes y pobres en la tierra.
39. La mendicidad es una degradación
para quien busca el mundo, pero es el
estado más noble para quien busca a Dios.
39'. Una sola tierra, un solo mar, un solo
fuego, una sola palabra, un solo Dios.
40. Buen Señor de caridad, libéranos de
este mundo donde todo se compra y se
vende o se intercambia sórdidamente.
40'. Recíbenos en la vida generosa de tu
santo amor que nunca se agota.
41. No, este no es un Libro para los
saciados del mundo que se han instalado
definitivamente en la cloaca de la muerte.
41'. Es un Libro para los hambrientos del
cielo que buscan llorando su patria
perdida.
42. ¿Qué cara pondrán los que están
seguros en este mundo cuando se les
pregunte en el día del juicio: «Habéis leído
el Libro de la liberación que os ha sido
propuesto en particular?»
42'. Volved al barro hediondo en el que os
habéis complacido, les será dicho, así
como a las lecturas que os han hundido en
él y que habéis preferido a cualquier otra.


43. Hay que tener un don genial para
ejercer las bellas artes en este mundo.
43'. Y hay que tener un don angelical para
rogar y alabar al Señor del cielo y de la
tierra.

43". Pero hay que tener un don divino para
practicar el gran ARTE del Todopoderoso
aquí abajo.

44. Para vivir aquí abajo siempre hay que
matar. Por esto consideramos malo a este
mundo y no queremos instalarnos en el
crimen.
44'. El día de la restitución de todas las
cosas, los elegidos de Dios comerán el
santo rocío del cielo y los condenados sólo
tendrán por alimento la podredumbre del
infierno.
45. Los impíos, que sólo cuentan con ellos
mismos, parecen ser más valerosos y más
resistentes al mal que nosotros, que
creemos en el Señor y esperamos su
salvación día y noche.
«Rechazan la revelación que no han
podido penetrar ni por la astucia, ni por la
violencia».
45'. El día del terrible juicio, ya no habrá
enemigos ni amigos, sino solamente
desgraciados que habrán escogido
libremente el barro hediondo del infierno,
y bienaventurados que también habrán
escogido libremente la vida olorosa y pura
que no se agota.
46. Que nuestra fe en la Omnipotencia de
Dios sea ciega e idiota, a fin de que se
vuelva clarividente y espiritual por la
encarnación del verbo divino que libera de
las tinieblas de la muerte.
46'. Los que reciben la palabra de vida
participan de la gracia de Dios que libera
de la esclavitud del mundo. Ningún
trabajo servil les será impuesto y la muerte
misma será rechazada lejos de ellos,
porque su lote es la vida libre e
imperecedera donde permanece el Señor
de eternidad.
47. La maldad de los que dicen ser fieles
de Dios se ha vuelto tal que los verdaderos
creyentes ya no franquean el umbral de los
lugares consagrados, y los abandonados
rechazan a Dios como una irrisión o como
una carga intolerable.
47'. Hay una podredumbre espantosa entre
los bienpensantes y una muerte endurecida
entre los ateos, pero la peor maldad está
realmente en los hipócritas satisfechos de
sí mismos.
48. Algunos dicen de nuestra predicación:
«Es demasiado bello para ser verdad»,
porque la muerte, que se ha introducido en
el mundo por su culpa, les enmascara
ahora la vida olorosa y pura que no se
acaba.
48'. La falsificación habita por todas partes
en el mundo, y cada día debemos tener
cuidado con no confundirla con la verdad
de la palabra Sabia y santa, que es lo único
que salva de la muerte.

49. ¿Dónde está el inteligente que se
prosterna ante el Señor del cielo y que
recibe su bendición muy santa y muy
viva?
49'. ¿Dónde está el inspirado que prepara
el tabernáculo santo donde reposará el
Único Esplendor de vida?
50. Ya hay un lote de excluidos por la fe y
por el amor en el mundo.
50'. Y ya hay un lote de escogidos por la
fe y por el amor en Dios.
51. Mucha gente que se muestra
inteligente y valerosa en los asuntos del
mundo, resulta ser estúpida e impotente en
los asuntos de Dios.
51'. Los juicios que emiten
desconsideradamente respecto a unos y
otros no hacen más que evidenciar su
vanidosa ignorancia.
52. Nuestros peores enemigos no están
fuera, sino realmente entre nosotros, como
lobos revestidos de piel de oveja.
52'. Para éstos no habrá perdón de los
hombres ni perdón de Dios, porque los
traidores y los hipócritas son vomitados
por el cielo y por la tierra.
53. Dicen ser fieles de Dios, pero violan
diariamente sus mandamientos.
53'. Pretenden ser bienpensantes, pero
dicen y hacen el mal todos los días de su
vida.
54. Dicen ser discípulos del Señor, pero se
instalan en el mundo sobre las espaldas de
los desgraciados.
54'. Todos ellos ya están malditos y
excluidos de la salvación de Dios, porque
hacen odioso el Nombre divino a los
débiles y a los pequeños.
55. Huyamos como de la peste de los que
destrozan a sus amigos, porque mañana
también seremos destrozados por sus
lenguas envenenadas y malvadas.
55'. Si no rogamos por los malvados,
¿quién vendrá en su ayuda para sacarlos
de su maldad?
56. El Señor y todos los Sabios profetas de
Dios, ¿no nos besarán en los labios como a
uno de los suyos que ha proclamado y
manifestado la verdad de Dios en el
mundo?
56'. ¿Éstos no han sido también
calumniados, rechazados, oprimidos y
combatidos injustamente por los hipócritas
instalados en el mundo, amparándose en el
nombre de Dios?
57. Los que entierran la palabra de Dios en
vez de hacerla circular en el mundo serán
frustrados al final, porque no cosecharán
nada e incluso perderán el depósito oculto.
57'. El Señor del cielo combate
victoriosamente la podredumbre de la
muerte, y sus Sabios son los conocedores
de su amor, y sus santos son los
distribuidores de su gracia.
58. No debemos responder a la
maledicencia con la maledicencia, porque
ya basta con que la maldad de los
malvados les aplaste finalmente sin que
nosotros añadamos nada.
58'. Nos basta con rogar por la conversión
de los malvados, sin juzgar ni condenar,
antes del gran día del ajuste de cuentas
que corresponde al Señor de justicia y de
perdón.
59. Ahora, los que aún predican la verdad
de Dios y transmiten su palabra de vida ya
no creen en la omnipotencia del verbo que
resplandece en el cielo.
59'. ¿Cómo reanimarán a los agonizantes
si ellos mismos agonizan, y cómo
resucitarán a los muertos si permanecen en
la muerte?
60. Dios no ha sometido el hombre a los
animales ni, sobre todo, a los perros.
60'. Los perros que amenazan al hombre
serán apaleados y los que le muerden
serán abatidos.
61. Jamás debemos desesperar en las
tinieblas de nuestra búsqueda del Señor de
vida.
61'. Porque estamos cerca de su santa luz,
pero no sabemos ni el día ni la hora de su
manifestación.
62. La obra del Señor es imperecedera,
mientras que las obras de los hombres
pasan como el humo.
62'. El tiempo trabaja para el Sabio,
mientras que destruye al insensato.
63. ¿No vale más el que alaba a Dios en su
corazón, que los que trabajan en el mundo
profano?
63'. Y ¿no vale más el que capta su
bendición, que los que se enriquecen con
los bienes mortales?
64. Un día, Dios nos informará
personalmente, pero entonces será
demasiado tarde para reformar nuestro
juicio y para cambiar nuestra conducta en
el mundo.
64'. ¿No vemos que el Señor nos advierte
siempre a tiempo? ¿No saldremos ahora
del lodazal de nuestras preocupaciones y
de la trampa de nuestras ocupaciones
mundanas?
65. ¿Qué importan los juicios del mundo,
si no es el mundo quien nos juzgará
finalmente?
65'. El que camina con Dios en la vía
de Dios no se preocupa de tener la
aprobación del mundo.
66. Los que se organizan rica y
confortablemente en el mundo para
predicar el reino de Dios, son hipócritas
que prefieren tener la sombra antes que
esperar su luz.
66'. No hay más que un templo de Dios, es
el corazón del hombre. Todo lo demás es
como un disfraz que sólo contenta a los
mediocres ciegos e incurables.
67. Los que predican la vía del Señor y se
instalan en el mundo antes de instalarse en
Dios, son hipócritas que engañan a los
sencillos y que sólo satisfacen a los
mediocres.
67'. Quien ama no expone la palabra
«amor» encima de su puerta para
justificarse ante el mundo, y quien da no
escribe la palabra «caridad» para publicar
su beneficencia ante todos.
68. Cuando veamos las grandes palabras
amor y caridad impúdicamente expuestas
en el mundo, sabremos que se trata de
empresas que apuntan contra nuestra
libertad y a nuestro bolsillo.
68'. El Señor, que poseía y era la verdad
palpable de Dios, no pedía nada a nadie; lo
daba todo a todos y se daba él mismo sin
medida.
69. Los espirituales serán confundidos
ante el tribunal de Dios y permanecerán
mudos de asombro.
69'. Sólo los operativos alabarán al
Todopoderoso sin asombrarse de nada.
70. ¡Qué sorpresa para los que predican la
palabra de Dios sin conocer su sentido
último, cuando vean con sus ojos y cuando
palpen con sus manos la verdad del Único!
70'. Debemos predicar la verdad de Dios,
pero sin superioridad y sin arrogancia,
porque sólo unos pocos elegidos
la conocen espiritualmente y algunos
escasísimos Hijos de Dios la poseen
corporalmente.
71. El que come el simulacro de Dios
permanece en la muerte del mundo, es
algo fácil de verificar.
71'. El que come a Dios en cuerpo y en
espíritu se vuelve como Dios. Es una cosa
que tampoco engaña.
72. Nuestros buenos pensamientos de
amor y nuestro santo reposo son los que
nos abren el espíritu a los misterios de
la palabra de Dios, y no las sabias
conferencias en medio de las masas de
mediocres agonizantes.
72'. La verdad de Dios va secretamente a
los que la aman y la buscan en sus
corazones. Las verdades que violentan el
mundo a fuerza de publicidad jamás
pueden ser la verdad de Dios.
73. El buen gusto y la belleza no son más
caros que la vulgaridad y la fealdad. En
cuanto a la verdad de Dios, es gratuita
para todos.
73'. Si la belleza del mundo se nos escapa,
¿cómo se nos volverá perceptible alguna
vez la belleza de aquel que lo ha hecho?
74. ¿Qué hacen, pero qué hacen, todos los
que duermen en el mundo?
74'. Pero ¿dónde están los veladores de
Dios?
75. ¿Qué hacen, pero qué hacen, todos los
que se agitan en el mundo?
75'. Pero ¿dónde están los buscadores del
Único?
76. ¿Perderemos siempre nuestra vida
buscando el mundo que nos abandona
finalmente?
76'. Y ¿no arriesgaremos nada en la
búsqueda del Único Esplendor que nos
colma por la eternidad?
77. ¡Oh, vosotros que esperáis la salvación
de Dios, despertad en el mundo!
77'. Y buscad la luz secreta de las palabras
de vida, en vez de contentaros con su
vestidura de sombra.
78. Ni la moral del mundo ni su licencia
nos liberarán de la muerte.
78'. Solamente el amor encarnado del
Perfecto que reina en el cielo.

79. La ciencia de Dios no admite ningún
progreso, porque es perfecta desde el
comienzo.
79'. Y su luz ilumina al creyente que
acuerda el cielo con la tierra.
80. La inmensidad de la promesa divina
supera el espíritu de los hombres y da
vértigo a los santos de Dios.
80'. ¡Oh!, ¿quién creerá lo increíble y
quién recibirá en su corazón el don
magnífico de Dios?


Los que, rebeldes a Dios y a sus
enviados, quieren hacer diferencias entre
ellos, creyendo en unos y negando la
misión de los otros, se hacen una religión
arbitraria.
CORÁN

Fueron por los caminos y reunieron a
todos los que encontraron, malos y
buenos, y la sala de la boda estuvo llena
de invitados.
JESÚS

*

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