La Zona Crepuscular
Existe un lugar más allá de la realidad que nos muestran los cinco sentidos, una zona de penumbra entre la luz y la oscuridad, el umbral que separa el mundo de la vigila del mágico mundo de los sueños.
Un Mundo al que tuvieron acceso los grandes filósofos de la antigüedad, los místicos de todos los tiempos y los científicos e inventores de la humanidad. Es el Mundo de las Ideas de Platón del que nuestra realidad es un mero reflejo inconsistente y parcial.
Quienes se adentraron en la Zona Crepuscular, en el pasado remoto, nos mostraron lo que allí sucedía en forma de mitos y sus habitantes eran dioses, héroes y criaturas de toda especie y condición como duendes, hadas y otras mágicas especies.
Los que lo hacen en el presente nos traen extraterrestres y entidades de otra dimensión, dado que ese Mundo está en los dominios de la Imaginación y ésta pertenece a la Mente en su máxima extensión. El Mundo en su conjunto es Mente y todo lo que hay en ella es Real, posea consistencia física o no.
Canalizadores, médiums, inventores, cuentistas y charlatanes, científicos y filósofos han venido incursionando en sus dominios y de vez en cuando nos han traído lo que allí habían encontrado; pero cómo se puede entrar en la Zona Crepuscular, en el Umbral que existe entre la vigilia y el sueño.
Algunos han venido haciéndolo de forma fortuita y sin preparación previa alguna, otros utilizando métodos preconcebidos que desvirtúa e interfiere con la verdadera realidad de lo que allí existe y sucede.
La forma más antigua que se conoce para penetrar en la Dimensión Desconocida nos la proporcionó Pitágoras con sus ejercicios de retrospección nocturna, previa a la entrada en el mundo de los sueños y de concentración matinal, justo tras salir de aquellos. Ese duerme vela tan bien conocido por muchos de los que nos están leyendo en este preciso instante.
Ese instante es el único en el que podemos ser conscientes de lo que acontece al otro lado de esa Dimensión del Mundo de las Ideas y que a pesar de lo que podamos creer, pensar o estudiar, es tan real o más que nuestra percepción del ilusorio mundo de la realidad.
Los escritores, en sus infinitas diversidades, suelen penetrar en ese Mundo, mediante la ensoñación en estado de vigilia, para traernos sus historias supuestamente de ficción; pero ¿Son ficción como nos quieren hacer creer?, o por el contrario ¿Se trata de sucesos veraces que suceden en otra u otras dimensiones, plegadas en los ángulos del espacio tiempo, y que de forma habitual somos incapaces de percibir?
Los sueños lúcidos, los viajes astrales a otros lugares conocidos o desconocidos, las pláticas con personajes reales o de ficción, fallecidos o activos en nuestro mundo de la realidad. Los viajes en el tiempo o en naves extraterrestres a otros diversos mundos, cuya extravagancia nos podría sorprender. Todo es posible en la Zona Crepuscular; en ese Mundo, aún no investigado como es debido y que se encuentra en nuestro interior, en nuestra mente; pero recordemos que nuestra mente es una diminuta célula de la Mete Universal, La Mene de Sofía, la Mente de un Eón Eterno e inmortal. La Mente de Sofía es una infinitesimal partícula de una Mente aún mayor, de hecho infinita, la Mente del conjunto del Pleroma y donde habitan infinitos eones como nuestra Madre-Padre Sofía.
Aralba
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