El Mal existe porque creemos en él
Alguien cruza la calzada sin mirar. Otro se encuentra al acecho saltándose un paso de cebra a propósito, atropellando a su despistada víctima. Ha sucedido algo a lo que denominamos malo, dado que ha podido morir una persona y la otra disfrutará por lo sucedido; el Destino ha sido manipulado por la mano del hombre, luego sí hay mal en ello.
Muchos son devorados por las alimañas en las selvas, tremedales y sabanas. Muchos mueren en las aguas de los océanos devorados por tiburones u otros animales marinos. Los animales actúan por instinto de conservación, luego cuando matan no tienen consciencia de mal, sino todo lo contrario; por lo tanto, ahí tampoco se encuentra el Mal.
Un hombre llega sigilosamente ante la puerta de una casa y la abre para entrar en ella, no sabemos su intención. Una mujer muy asustada se encuentra al otro lado, temblorosa, armada de un cuchillo de cocina. Los pensamientos y el pánico se agolpan en su cabeza porque ya ha recibido algunas amenazas y se encuentra impotente y desvalida. Zas, el cuchillo cae sobre el cuerpo del intruso y este cae al suelo entre convulsiones. Ha sido un acto de autodefensa, no sabemos quién es la víctima del suceso; pero no hay mal en ello pues ha habido consciencia de autoprotección. Evidentemente la Justicia Humana tomará las medidas que considere; pero independientemente de eso, en el hecho no hay mal pues no ha habido intencionalidad de hacer daño per se, sino de proteger la vida propia.
Un hombre llega, ante la puerta de su casa de forma sigilosa, como de costumbre, para no despertar a su esposa. Ella se encuentra fríamente apostada al otro lado de la puerta armada con un cuchillo de cocina. Lo tiene todo bien planeado y sabe que podrá aducir, ante las autoridades, que actuó ante el supuesto intruso presa del pánico, dado que su esposo le había dicho que marchaba de viaje, hecho evidentemente falso, con el fin de que las autoridades entiendan que actuó en defensa propia. Ella aludirá que estaba muy asustada por la ola de violaciones que están sucediendo en la zona. Probablemente se salve del peso de la Ley Humana; pero ella ha sido canalizadora del Mal, pues ha actuado conscientemente.
Nos encontramos en un mundo dual donde la bipolaridad es la Ley primordial. Todo lo existente, sea palpable o etéreo tiene su contrario y como la oscuridad es a la luz y el frío al calor, así denominamos que el supuesto mal es respecto del supuesto bien. Bien, la oscuridad no existe, la luz, la energía sí. Lo que sucede es que somos incapaces de observar determinadas longitudes de ondas y por lo tanto no percibimos toda la luz y a esa falta de percepción la conocemos como oscuridad.
Del mismo modo no existe el frío absoluto, en tanto en cuanto podemos medirlo como así es, el denominado cero absoluto, que se alcanza en el espacio exterior fuera del alcance de los rayos del Sol. Nuestros cuerpos están constituidos de tal modo que puedan subsistir bajo unos determinados niveles energéticos y puedan soportar determinados niveles de frío, ausencia de calor, o un determinado grado de calor.
Así sucede con el resto de circunstancias aparentemente bipolares y lo mismo sucede con lo que denominamos Bien, identificado con el Amor, y el Mal o ausencia del Bien o del Amor. No, esto no es así, todo lo que nos rodea está constituido de éter, energía y a la que podemos denominar Amor ¿Por qué no?
El Grado de Bien que observemos solo dependerá de nuestro grado de percepción. Mucho Bien nos provocará estados de euforia y felicidad y poquito supondrá frustración, dolor e incluso miedo, pánico, terror.
Lo que denominamos Bien acaba en la frontera que supone el Bien del otro o de los otros. Yo puedo disfrutar con muchas cosas y de forma inconsciente podría estar perjudicando a terceros y aun así no estaría actuando malignamente, dado que no hay intención en ello; ahora bien, en el instante que seamos conscientes de que nuestro disfrute supone el mal de otros estaremos actuando de forma malvada.
El bien y el mal son estados de percepción exclusivos del Ser Humano y de otros seres conscientes del Universo, si los hubiere, luego el Bien y el Mal no tienen existencia independiente de los pensamientos y actuaciones del Ser Humano.
El Propio Nazareno dijo que nadie estábamos libres de pecado pues el solo pensar en el mal ya supone estar produciendo el Mal.
El Mal es un producto humano sujeto a la intencionalidad de hacer daño a terceros con algún fin concreto y que puede resultar diverso: Adquirir bienes, posición y placer. El Placer es el más peligroso de todos ellos pues incorpora en su seno a la Venganza, la manipulación o sentimiento de poder hacia terceros y el más espantoso de todos ellos, el disfrute ante el dolor ajeno.
Conociendo que el Mal es producto exclusivo de la interacción del Ser Humano en nuestro Mundo dialéctico, es fácil deducir que la mejor forma de evitarlo es no dándole cabida en nuestros pensamientos y Jesús tenía toda la razón cuando decía que si nos golpeasen en una mejilla pusiésemos la otra o que el que a hierro mata a hierro muere. El Mal se realimenta del mal. La Inacción ante un mal es la mejor opción porque lo desactivamos, lo desarmamos; si por el contrario nos dejamos arrastrar por la vorágine de la reacción contra la acción malvada primera, estaremos alimentando la insaciable Hoguera del Mal.
Es un error pensar que el Mal está ahí afuera y que lo provoca un ser maligno que odia al Amor y a su supuesto progenitor. El Mal, todos y cada uno de nosotros lo llevamos latente en nuestro interior esperando despertar y crecer con el pensamiento de nuestros semejantes; pero no existe hasta que nosotros lo alimentamos con nuestros pensamientos y le permitimos volar fuera de nosotros.
El Mal, queridos amigos, simplemente no existe y solo se trata de una ilusión, un egrégor, que deberíamos erradicar cargando nuestro corazón de la energía eterna del Amor. Dejemos de creer en él y el mal desaparecerá de sobre la faz de la Tierra.
Aralba
*