viernes, 19 de agosto de 2011

Palabras De Gandhi


Palabras De Gandhi

Recuerda... Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.

Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.

Que es más fácil reaccionar que pensar.

Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos... poder hacer.

Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.

Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás.

Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.

Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.

Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.

Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.

Que no importa qué tan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.

Que todos somos responsables de nuestros actos.

Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.

Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.

Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.

Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.

Que hay dos días de la semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es AHORA.

Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.

Que no debemos competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.

Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.

Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.

Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlara a mí.

Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, que tal si me cree?

Que es más importante que me perdone a mi mismo a que otros me perdonen.

Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.

Que la violencia atrae más violencia. Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.

Que las personas que critican a los demás, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.

Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.

Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.

Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.

Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.


Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son: Dios, mi familia, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal.Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.

"Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada, se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidadde una sonrisa como aquel que no sabe sonreír" Mahatma Gandhi-


* * *


Gracias Lucre

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lunes, 11 de julio de 2011

A CABRAL NO LE VENCIÓ EL CÁNCER....

Autor:Antolín Castro
11/07/2011
A CABRAL NO LE VENCIÓ EL CÁNCER....

A

Facundo Cabral no le venció el cáncer que padecía, le venció otro cáncer, el de la humanidad. Ese cáncer es muchísimo peor.

Las balas sustituyen a la quimio y te destrozan antes. Así es el cáncer de una sociedad mucho más enferma que la propia enfermedad del cáncer. El odio, la envidia, el dinero, el poder… todo eso, a lo que renunció Facundo en su trayectoria, es lo que le ha llevado a dejarnos. Da igual que las balas fueran en su busca o que se lo encontraran en el camino. Allí estaba Cabral para ofrecerse entero.


Su mano, y su mensaje, seguiré sintiéndole desde donde esté

Se habrá encontrado con cuantos le precedieron, como él decía, y el encuentro le llenará plenamente, como a nosotros habrá de llenarnos el saber que así habrá sido y que él se unirá a los que nos recibirán a nosotros cuando vayamos. Además, cada mañana es una buena noticia y seguidores de su filosofía hemos de encontrar la parte buena de la noticia que nos apena. Estamos obligados a ello o de lo contrario no habríamos entendido su mensaje.

Nos deja tantas cosas que se puede decir que no nos ha dejado. Sólo marchó la parte material de él, que era poca, y la riqueza de su espíritu y su obra continuará para siempre. Quizá ahora más que nunca. No eligió el momento y la manera pero todo ello desencadenará que el mundo sepa mejor quien era. Una forma de amplificar que no hubiera conseguido el otro cáncer, el que le aquejaba. ¿Es o no es una buena noticia?

Lo mejor de él, el amor, la felicidad, la sencillez, además de su obra, se ha quedado con nosotros y esa es la parte de la lección que junto a él aprendimos. La Madre Teresa lo habrá acogido para hacerse cargo de más leprosos y desfavorecidos, pues desde el cielo también hay que arreglar muchas cosas. Estoy seguro que seguirá contribuyendo con ella a las buenas obras.

A cuantos me lean les aliento a que esta fatal noticia les dure el tiempo mínimo ya que si no perderíamos ese precioso tiempo para seguir valorando su vida y mensaje. No perdamos el tiempo ante la miserable y salvaje acometida del cáncer de la sociedad, donde el mal hace más ruido, abracemos el bien que es más silencioso pero mucho más numeroso.

Cabral se fue pero quedamos los que le amamos y si el amor es el sostén de la vida, su vida cobra ahora mayor fuerza. Facundo por siempre fecundó los corazones de tanta gente que la humanidad, sin deberle nada que él no buscaba, siempre estará en deuda. Descanse en paz, aunque eso, la paz, con sus formas y vida, ya lo hacía entre los vivos.

Cada mañana es una buena noticia… cada mañana seguiremos recordando que eso nos decía Cabral y debía de ser cierto pues que si no habrá sido encontrarse esta mañana con Sara, su madre, con Teresa y con tantos otros. Un abrazo en plenitud.

http://www.facundocabral.info/textos-texto.php?Id=266

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miércoles, 8 de junio de 2011

VIDA Y MUERTE



Vida y muerte

Son muchas nuestras dolencias y muchos son los
sanadores y sus remedios.

Si viéramos todas las enfermedades como una sola,
y a Dios como el único médico que puede curarlas,
podríamos ahorrarnos muchos enojos y muchos
disgustos.

No deja de ser extraño que corramos tras de los
médicos, que también son mortales, y nos olvidemos
de Dios, el médico inmortal, eterno e infalible.

Y aún más extraño es que, aun sabiendo que somos
mortales y que lo más que puede conseguir un tratamiento
es prolongar nuestra vida unos cuantos
días, nos empeñemos afanosamente en buscar a un
médico.

Hemos conocido a Mahadev tanto en su aspecto
físico como en sus escritos, lo que venía a ser lo
mismo. Pero el Mahadev que ha abandonado su
cuerpo es ubicuo: podemos reconocerlo en sus efectos,
en los que igualmente todos podemos tomar
parte.

¿No son la muerte y la vida dos caras de la misma
moneda? En una cara está la muerte; en la otra, el
nacimiento. ¿Por qué tiene que ser ello motivo de
aflicción o de alegría?

Si tal es la verdad, que lo es, acerca del nacimiento
y de la muerte, ¿por qué hemos de temer lo más
mínimo la muerte, o entristecernos al pensar en ella,
y alegrarnos de nuestro nacimiento? Esta pregunta
debería hacérsela todo el mundo.

¿Cómo tenemos que recordar a nuestros queridos
muertos?

Yo estoy firmemente convencido de que no han
muerto, de que es tan sólo el cuerpo el que perece.

Por eso deberíamos conservar su recuerdo de tal
manera que nos apropiáramos de sus virtudes en la
medida de lo posible, haciendo nuestras y fomentando
lo mejor que podamos sus buenas obras.

Las flores sobre la tumba sirven para corroborar ese
recuerdo. Pero darse por satisfechos con la ofrenda
de las flores sería idolatría.

Es muy cierto el aforismo inglés de que «los cobardes
mueren muchas veces antes de su muerte».

Como he dicho a menudo, la muerte significa en
realidad la liberación del dolor y el sufrimiento. El
miedo sólo sirve para aumentar la aflicción y hacer
deplorable la condición del que teme.

¡ Qué peligroso es tratar de evadirse de lo que uno ha
llegado a convertir en norma!

La satisfacción que produce una conducta ordenada
favorece la salud y una larga vida.

Nadie puede actuar sin unas normas sólidas.

Todo el sistema solar saltaría en pedazos si dejaran
de tener vigencia, aunque sólo fuera por un instante,
las leyes que lo gobiernan.

Ésta es una lección válida para todos, grandes y
pequeños.

Debemos aprenderla y actuar en consecuencia, si no
queremos morir en vida.

No deja de ser extraño que quien pretende no temer
a la muerte sea en realidad quien más la teme y
quien intenta eludirla por todos los medios.

¿No es la muerte, en cualquier caso, una liberación
de un sufrimiento excesivo?

¿Por qué, pues, nos lamentamos cuando llega?

Cada minuto que se malgasta está irremediablemente
perdido. Y, aunque lo sabemos, ¡cuánto tiempo
seguimos malgastando...!

La vida es irreal;
sólo la muerte es real y segura.
(Nanak)

Sólo vive realmente aquel en cuyo corazón habita
Dios y es consciente de esa presencia en todo
momento.

La vida se renueva constantemente, día a día.

El ser conscientes de ello debería darnos fuerza.

¿Cómo puede conocer el arte de morir
quien no conoce el arte de vivir?

El pasado nos pertenece, pero nosotros no pertenecemos
al pasado.

Pertenecemos al presente.

Somos quienes preparamos el futuro, pero tampoco
pertenecemos al futuro.

Con el paso del tiempo, todos nos hacemos viejos;
sólo la añoranza permanece siempre joven.

Quien sigue su camino de acuerdo con el ritmo de
la vida, nunca se cansa.


Si sabemos que la muerte se nos puede llevar en
cualquier momento, ¿qué derecho tenemos a dejar
para mañana lo que podemos hacer hoy?

El bien debemos hacerlo en el acto;
el mal debemos aplazarlo una y otra vez.

Muere más gente de tristeza
que por causas naturales.

Muere menos gente por enfermedad
que por miedo a la enfermedad.

Es mejor morir una vez que morir cada día.

Morir y salvarse.

Obtener la inmortalidad en virtud de una cualidad
divina no es nada del otro mundo; sí lo es, en cambio,
cumplir con el deber en la vida diaria.

El hombre se encuentra en las fauces de la muerte.

Cuando las fauces se cierran,
se dice que el hombre ha muerto.


Sería ciertamente reprobable enterrar los restos de
una persona en la misma fosa que el cadáver de un
animal. Pero, a poco que reflexionemos, veremos
claramente que ello da lugar a una situación del
todo pertinente, pues se impone la unidad de todas
las formas de vida.

¿Por qué temer a la muerte
cuando el peligro está en todas partes?

La persona muere cuando se separa de la fuente de
su ser, no cuando el alma abandona el cuerpo.

Un vidente nos ha llamado viajeros. Y es verdad.

Estamos aquí tan sólo para unos pocos días, después
de los cuales no morimos, sino que, simplemente
nos vamos a casa.

¡Qué pensamiento tan hermoso y verdadero!


de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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martes, 7 de junio de 2011

DICHA Y AFLICCIÓN



Dicha y aflicción

Nadie se acuesta en un lecho de rosas;
la vida está llena de espinas.

Gozar de la dicha significa
llamar a la desdicha.

La verdadera dicha nace de la aflicción y el dolor.

El dolor es la otra cara del gozo.

Por eso el uno sigue inevitablemente al otro.

Del mismo modo que el gozo y el dolor forman un
par en el que el uno sigue al otro, así también ocurre
en todas las realidades de la vida.

Por eso, si buscamos la verdadera paz del corazón,
tenemos que elevarnos por encima de tales pares de
opuestos.

Dice Nanak: «El ansia de felicidad es una verdadera
enfermedad, cuyo remedio lo constituyen el
dolor y la aflicción».

La felicidad nos rehuye
cuando corremos tras ella.

En realidad, la felicidad viene de dentro.

No es un artículo de consumo que podamos comprar
en cualquier parte.

Cuantas más experiencias acumulo, con tanta
mayor claridad percibo que el ser humano es la
causa tanto de su felicidad como de su desdicha.

¿Por qué hay bondad y maldad, felicidad y miseria?

Dios es y, sin embargo, no es un ser individual. Dios
es a la vez ley y legislador. De donde se sigue que
el ser humano es lo que son sus obras: las buenas
obras le hacen crecer; las malas le disminuyen.

Nuestra dicha y nuestra paz de espíritu se basan en
que hagamos lo que consideramos correcto y adecuado,
no lo que otros dicen o hacen.

La dicha de cumplir calladamente con nuestro deber
no se parece a ninguna otra dicha.

No hay felicidad alguna como la verdad,
y no hay desgracia como la mentira.

Es sorprendente que incluso una persona que sabe
en qué consiste la verdadera felicidad pueda
malgastar inútilmente su vida por el camino de la
mentira.

La verdadera felicidad no consiste en conseguir lo
que a uno le gusta,
sino en esforzarse por sentir afecto por lo que a uno
no le gusta.

La alegría no tiene límites cuando alguien consigue
lo que supera sus propias expectativas.

La risa espontánea, no afectada,
es verdadera elocuencia
y es más eficaz que la palabra.

El ser humano puede reírse de su aflicción:
si llora, no hace más que incrementarla.

Quien hurga en su aflicción la multiplica.

Un sacrificio que provoca dolor
no es sacrificio en absoluto.

El verdadero sacrificio procura alegría y optimismo.

Dice Nanak: «Cuanto más indulgente sea uno consigo
mismo, tanto más infeliz será».

Cuando muere el yo, despierta el alma.

Cuando despierta el alma, desaparece toda aflicción.



de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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SERENIDAD Y PACIENCIA


Serenidad y paciencia


Nada hay que no pueda alcanzarse con paciencia y
serenidad.

Esta es una experiencia que podemos tener a diario.

¿Qué es la paciencia?

Oigamos lo que dice Shankaracharya*:

«Siéntate a la orilla del mar y vete sacando de él
gotas de agua con el tallo de una hierba. Si tienes
suficiente paciencia y hay cerca de allí un lugar en
el que puedas almacenar las gotas, con el tiempo
conseguirás vaciar el mar».

Shankara: importante filósofo del Vedanta, que vivió hacia el año
800 d.C.

Ésta es la imagen de una paciencia casi perfecta.

Si le has dicho algo a alguien miles de veces, y él
no ha hecho ni caso, tienes que repetírselo una y mil
veces más.

Eso es la paciencia.

«Las personas apresuradas son nerviosas y hacen
mucho ruido; los personas lentas y constantes manifiestan
serenidad y sosiego».

Este es un hecho observable en cualquier momento.

El exceso de actividad y la impaciencia son dos
enfermedades que acortan la vida.

La serenidad de una persona sólo puede ponerse a
prueba en el mundo de los seres humanos, no en las
solitarias alturas del Himalaya.

¿Por qué tiene que inquietarse una persona cuando
no está en condiciones de realizar su trabajo?

¿Qué hay que hacer cuando hay mucho trabajo que
realizar y poco tiempo para realizarlo?

Tener paciencia, hacer lo que se considere más útil
y dejar el resto en manos de Dios.

Si Dios concede la vida, se puede dejar para otro día
lo que no se ha podido concluir hoy.

Cuando se comete una equivocación, me pongo
furioso, lloro, río, siento pesar...

¿No debería, en lugar de ello, conservar la tranquilidad
e intentar corregir el error?

La paz exterior no sirve de nada
sin paz interior.

Quien no conserva la calma en cualesquiera circunstancias,
ciertamente no vive en paz, por mucho
que lo aparente externamente.

No hay percepción sensorial
sin constancia de espíritu.

Si no renunciamos a nuestro ideal,
el ideal jamás renunciará a nosotros.

Cuando falta ánimo para soportarlo todo dócilmente,
la docilidad se convierte en una virtud vacía.

Quien carece de paz y de firmeza
no puede conocer a Dios.

El mar no pierde su calma
por muy violenta que sea la tempestad.

Destruir algo es fácil.

Construir algo requiere gran habilidad y esmero.

Muchas cosas se consiguen con paciencia
y se pierden por causa de la impaciencia.

Las obras, como los granos de trigo,
necesitan su tiempo para dar fruto.

Dulces son los frutos de la paciencia.


de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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AMOR Y SERVICIO


Amor y servicio


Por muy amenazadora que sea la crisis,
el fuego del amor la superará.

El amor puro ahuyenta todo exceso.

El vínculo del amor será cada vez más fuerte
y, sin embargo, no se percibirá como una atadura.

Se dice, en general, que no hay amor sin temor.

Pero no es cierto.

Donde hay temor no puede haber verdadero amor.

Las tinieblas del egoísmo
son más impenetrables que las tinieblas reales.

Es más fácil atravesar el mar que se extiende entre
los continentes
que salvar el abismo que se abre entre individuos o
entre pueblos.

¿Contra quién podemos abrigar enemistad cuando
el mismo Dios nos dice que él habita en todos los
seres vivos?

Dios no habita ni en el templo
ni en la mezquita.

No está ni dentro ni fuera.

Si realmente está en algún lugar,
es en el hambre y la sed de la gente sencilla.

El ser humano no puede honrar a Dios
y al mismo tiempo despreciar a sus semejantes.

Ambas cosas son inconciliables.

El proceder desinteresadamente es una fuente de
fortaleza, pues con ello, al mismo tiempo, se honra
a Dios.

A una persona hambrienta Dios sólo se le aparece
en forma de pan.

Regalar ropas al desnudo es ofenderlo.

Dale trabajo, a fin de que pueda ganar dinero con
el trabajo de sus manos y comprar la ropa que
necesita.

Es un pecado abrir comedores de beneficencia para
los que pueden realizar un trabajo físico. Lo verdaderamente
digno de elogio es darles trabajo.

Veo a un ser humano al que considero como mi
hermano y al que amo como a tal.

Luego descubro que no es mi hermano.

Él es lo que es, y yo le abandono.

¿Quién tiene la culpa?

Sólo el que es fuerte puede perdonar.

Como el que es débil no puede castigar,
no ha lugar en absoluto la cuestión del perdón.

Quien piensa en el dolor de la humanidad
no piensa en sí mismo.

¿Cómo va a tener tiempo para ello?

Dice Nanak: «Dios habita en todo corazón humano,
y por eso todo corazón es un templo de Dios».

Si Dios habita en todos los corazones,
¿quién se atreverá a odiar a alguien?

Dice también Nanak: «Dios lo ha dispuesto todo de
tal manera que en este mundo todos formamos una
familia, y cada uno debe vivir para los demás».

Para acabar con la marginación de los intocables no
sólo hemos de tocar a los harijans, sino que además
debemos verlos como amigos y semejantes. En
otras palabras: debemos tratarlos como a nuestros
propios hermanos y hermanas.

Nadie es superior, y nadie es inferior.

El verdadero servicio a los intocables consistiría en
liberarlos del miedo y poner fin a su desesperación.

De la misma manera que un número incontable de
gotas acaban formando un mar, así también, si
somos amables, podemos llegar a ser un mar de
amabilidad.

El mundo se transformaría si cada persona en el
mundo viviera en el espíritu de mutua amistad.

Gracias a que se mantienen unidas y se mueven de
manera conjunta, millones de gotas forman el mar.

Lo mismo debería ocurrir con los seres humanos.

La grandeza de una persona reside en su corazón,
no en su cabeza, es decir, no en su intelecto.

Nadie que sea capaz de aligerar la carga de otro,
aunque sea mínimamente, carece de valor.

Tan sólo un temor deberíamos tener:
el temor a hacer algo indecente o falso.

No urjas a nadie a formular buenos propósitos; pero
si alguien lo formula después de ponderarlo libremente,
no le permitas que se vuelva atrás.

Lo contrario de la envidia es la generosidad. La
generosidad no nos permite envidiar a nadie. Por el
contrario, cuando descubrimos en alguien algo muy
valioso, nos sentimos agradecidos e incluso nos
beneficiamos de ello.

Gracias a nuestros semejantes, podemos ver e incluso
corregir nuestras debilidades.

Y si cultivamos la más alta pureza en nuestra vida
diaria, podemos confiar en que con ello prestamos
un verdadero servicio a los demás.

Quien desea complacer a todos no complace a
nadie.

Es a Dios a quien debemos complacer.

Sólo a él tenemos que alabar.

Así nos veremos libres
de todo enojo y de todo disgusto.

¿Cómo podemos complacer a Dios?

¿Cómo tenemos que alabarlo?

Sirviendo a su criatura:
el ser humano.

La vida no consiste en divertirse y pasarlo en grande,
sino en alabar a Dios, es decir, en prestar un verdadero
servicio a la humanidad.

No vivimos para divertirnos.

Vivimos para invocar al Creador
y servir a la Creación.

Si el objeto de nuestra vida es servir a la humanidad
e invocar a Dios, entonces tenemos que llevar una
vida pura y austera.

El verdadero servicio a la sociedad consiste en proporcionarle
aquello con lo que la sociedad se perfecciona
en todos sus miembros.

Pero sólo si observamos atentamente una determinada
sociedad, podremos decir de qué modo puede
mejorar.

Quien no conoce ni observa ninguna ley
no puede ser un servidor del pueblo.

Sólo quien sirve de verdad, quien da constantemente
sin esperar nada a cambio, es un buen padre de
familia.

Si damos algo, lo que demos debería ser lo mejor de
nosotros mismos.

No hay en la vida del ser humano ningún momento
en el que no pueda servir.

Uno es servidor de aquel para quien trabaja, no
de aquel a quien sólo presta su adhesión de labios
afuera.

Aceptar un servicio indeseable, que no se puede
prestar de buena gana, es una dolorosa carga.

En cierta ocasión, santa Catalina de Siena se encontraba
sin un céntimo. Tan sólo poseía la capa con
que se abrigaba, y se la dio a un mendigo que se la
pidió. Más tarde, alguien le preguntó: «¿Y cómo
vas a viajar ahora sin capa?». Y ella respondió: «La
vestidura del amor me abrigará mucho más que la
capa».

Sólo una vida puesta al servicio de los demás da
fruto.

La verdadera medida del éxito en la vida de una
persona es su capacidad para crecer en ternura y
madurez.


de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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PUREZA


Pureza

Nunca podrá alcanzarse nada sin esfuerzo, es decir,
sin tapa (ascesis). ¿Cómo, pues, va a ser posible la
autopurificación sin esfuerzo?

Quien es verdaderamente puro en su fuero interno
no puede ser exteriormente impuro.

Cuando el interior es puro,
el exterior también lo es.

La impureza del espíritu es más peligrosa
que la impureza del cuerpo.

A fin de cuentas, ésta es un signo de aquélla.

Poco importa nuestra pureza personal
cuando nuestros vecinos no son puros.

Lo que vale para la pureza exterior
vale igualmente para la interior.

Si nuestro vecino es interiormente impuro,
ello nos concierne también a nosotros.

Qué gran error es exigir pureza a los demás
cuando nosotros somos impuros.

Una palabra que sale de un corazón puro
nunca es una palabra inútil.

La confesión de una equivocación es como una
escoba: la escoba barre la suciedad;
no otra cosa hace la confesión.

Es muy duro reconocer un error; pero no hay otra
forma de purificarse y quedar limpio.

La enfermedad debería ser para el ser humano ocasión
de avergonzarse, pues siempre pone de manifiesto
una carencia.

Quien está totalmente sano de cuerpo y alma
no padecerá ninguna enfermedad.

También los malos pensamientos son indicio de una
enfermedad.

Evitemos, pues, también los malos pensamientos.

Un pensamiento puro es tan sutil y, a la vez, tan
poderoso que lo impregna todo.

¿Acaso sólo es impuro lo que aparece impuro a
nuestros ojos?

Nos molesta que un objeto blanco tenga una mancha
de suciedad, por pequeña que sea; en cambio,
un objeto negro puede tener toda la suciedad del
mundo, y no nos preocupa lo más mínimo.

Consideramos impuro lo negro, y puro lo blanco.

Pero lo negro, cuando está en su sitio, equivale a
virtud, del mismo modo que lo blanco, cuando no
está en su sitio, es vicio.

Dice Confucio: «En un Estado debidamente organizado,
el progreso no se mide por la riqueza. Sólo la
pureza del pueblo y de su gobernante constituyen la
verdadera riqueza de la nación».

Dios es uno y no tiene figura ni forma. Nosotros
somos su espejo. Si somos rectos y puros, él se
refleja en nosotros. Sin embargo, si somos tortuosos
e impuros, también su imagen padece esa misma
distorsión.

Nuestro deber, por consiguiente, es ser diáfanos y
puros en todos los aspectos.

La pureza no tiene necesidad de ninguna protección
exterior.

Tan sólo necesita la ayuda de Dios.

La pureza interior y la exterior, cuando van a una,
conmueven a la Divinidad.

Sólo puede ofrecer un sacrificio el que es puro,
valiente y digno.

Si borramos el encerado,
quedará claramente visible la escritura de Dios.


de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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