miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Mensaje Reencontrado - Libro II



LIBRO II
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que recorréis mar y tierra
para hacer un prosélito, y cuando lo
conseguís, hacéis de él un hijo de la
gehena dos veces más que vosotros!
JESÚS

Es duro abandonar las vías familiares y
presentes para volver a las antiguas,
porque las apariencias son deliciosas y lo
invisible es increíble.
HERMES TRISMEGISTO


ÈVE TRI UNE                                                                                     LA VIDA PURA
1. Los hombres nuevos provocan siempre
escándalo.
1'. El despertar brutal lo vuelve todo
espantoso.
2. Instruir a los hombres vulgares en los
secretos de Dios es suscitar el deseo y
el orgullo delirantes, es engendrar el
desorden y la desgracia para siempre.
2'. Las joyas divinas sólo adornan a los
hombres puros y a las mujeres nítidas.
«Los que más resplandecen en Dios
parecen, a menudo, los más oscuros en el
mundo».
3. Hay un trabajo que liga en la muerte: el
del mundo.
Hay otro que desliga de la muerte: el de
Dios.
3'. Los hombres hacen aparecer la muerte
por medio del fuego.
La naturaleza hace aparecer la vida por
medio del agua.
4. El primero se realiza con dificultad y
sólo produce la tristeza y la muerte.
El segundo se ejecuta fácilmente y
engendra la alegría y la vida eterna.
4'. El espíritu recto y simple penetra
fácilmente hasta el centro de la tierra
donde reposa el oro vivo.
«Hemos de alcanzar la pobreza absoluta
del vacío total para estar exactamente
llenos de Dios».
5. Hay que ser inteligente e instruido por
Dios para reconocer la evidencia de la
creación.
5'. La malicia de los hombres los extravía
en el número, y el orgullo los sella en el
barro.
6. La ciencia de los hombres es un
estiércol recubierto de oropel.
6'. La corteza terrestre extravía a los más
sutiles observadores, pero el mar interior
ilumina al hombre simple y creyente.
La ciencia de Dios es un oro recubierto
de barro.
ilumina al hombre simple y creyente.
7. Lo propio de la verdad es que se basta a
sí misma, quien la posee no intenta
convencer a nadie.
7'. Quien está saciado no disputa a los
perros la basura del camino, de la que
conoce el origen y el fin.
8. No acuséis a la herramienta si sois mal
obrero y no claméis contra el crimen si
entregáis vuestra vida a la muerte.
8'. La gran batalla elimina la mugre
muerta y manifiesta la luz movediza de
Dios.
9. Uno solo puede tener razón frente a mil,
y un santo decir la verdad frente al mundo
entero.
9'. Un montón de barro sólo encierra un
grano de oro puro.
10. Tanto mérito hay en callar cuando se
ha encontrado como en buscar cuando
nada se conoce.
10'. Dios abre los ojos a sus hijos y cierra
la boca a sus amigos.
11. La simplicidad y el amor, que se han
vuelto ajenos a los hombres, hacen que la
palabra más clara sea la más abandonada.
11'. ¿Qué hay más despreciado que la
vestidura de Dios?
¿Hay algo más desconocido que la luz
del sol?
12. Reduzcamos con nuestro ejemplo
la mediocridad y la indecisión de los
corazones tibios.
12'. Hacer lo que no se predica y predicar
solamente lo que se ha hecho.
13. El aguijón de la muerte está aquí para
obligar a los hombres a buscar el porqué
de todas las cosas y de ellos mismos.
13'. Pocos hombres meditan los cambios
del mundo hasta el centro secreto de la
naturaleza iluminante.1
14. El trabajo que aumenta las necesidades
es vano.
El que las disminuye es sagrado.
El mundo practica el primero.
Los Sabios ayudan al segundo.
14'. Dios hace surgir los frutos de la tierra
por medio del agua y del fuego unidos en
uno.
«¡Oh milagro de resurrección!»
15. Cuando se les ofrece agua pura
responden: «Devolvednos el veneno al que
estamos acostumbrados».
15'. Olvidar nuestra miseria por un
instante es reencontrarla aumentada por
toda una eternidad.
16. ¿Cuántos reflexionan sobre la obra
general de Dios?
¿Cuántos son enseñados por la
renovación de todas las cosas?
16'. El gran trabajo que da miedo, el que
libera de la sombra de la muerte, el que
nivela las montañas, el que hace germinar
la tierra, el que hace brillar la vida y la fija
¿Cuántos realizan la obra particular del
Señor?
en el Señor glorioso.
1. Variante: «iluminante e iluminada», en vez de «iluminante».

17. No hay nadie por encima de quien
conoce a Dios, excepto Dios mismo.
17'. Él nada en la gran agua, el viviente de
eternidad, el Único.
18. Quien no queda estupefacto y
admirado ante el misterio del hombre y
ante los milagros de la naturaleza, jamás
descubrirá a Dios.
18'. Los ojos nuevos e inocentes ven a
Dios en su desnudez primera y revestido
del esplendor último.
19. Los ignorantes hablan mucho y no
observan nada.
El Sabio calla y lo examina todo para
descubrir al Único.
19'. El conocimiento de Dios es la única
realidad que salva de la muerte.
20. El ignorante pretende instruir a los que
no piden nada.
El hombre Sabio calla y espera que le
pregunten.
20'. Dios prodiga todo lo que es precioso.
El mundo acapara todo lo que no tiene
valor.
21. Honrado o despreciado, el Sabio
permanece igual a sí mismo.
21'. El oro que dormita en el barro es tan
puro como el que brilla en el sol.
22. Todo el tiempo no consagrado a Dios
es tiempo perdido.
Todo trabajo que no acaba en él es un
trabajo inútil.
22'. Aquí los extraviados respingan,
porque prefieren la agitación que los
mantiene en la pereza de la muerte.
23. Piensan locamente que crean con sus
manos, sin comprender que ni siquiera
saben hacer manos.
23'. La ciencia de la ciencia consiste en
preparar las cosas y dejar hacer a Dios.
24. El primer deber, tanto para el más
pequeño como para el más grande, es
adquirir la inteligencia rogando a Dios, a
fin de conocer la evidencia de la creación.
24'. El amor al oro hace que se busque
incluso en la inmundicia, sin embargo,
pocos hombres son capaces de asirlo en el
cielo y de fijarlo en la tierra.
25. La batalla más grande y la mayor
victoria es adquirir la generosidad de
corazón para con todos los seres
descubriendo a Dios en uno mismo.
25'. El sol visible y el sol invisible
maduran todas las cosas hasta la
perfección áurea del fruto perfectísimo.
26. Todos los sabios del mundo juzgan
estúpidamente la obra de Dios, porque sólo
consideran la obra y no el obrero.
26'. La materia media da el conocimiento
de las esencias extremas.

27. ¿Acaso han visto cómo la tierra
produce el agua?
¿Saben por qué vía el agua engendra la
tierra?
27'. La niebla condensa la lluvia y las
tinieblas incuban la luz.
28. ¿Dirán en qué proporción el agua
ablanda la tierra?
Y después, ¿cómo la tierra consolida el
agua?
28'. El arco iris anuncia las bodas del cielo
y de la tierra.
29. ¿Y de qué modo todo vuelve
finalmente a la tierra por medio del fuego?
29'. El fruto rojo capaz de salvar el
mundo.
30. Permanecen ignorantes, orgullosos y
estúpidos, Dios se burla de ellos y ellos
engañan al mundo.
30'. Los Sabios proclaman su ignorancia
ante Dios.
31. Se envanecen de ser los dueños del
mundo, pero ninguno se atreve a confesar
su miseria.
31'. El Hijo de Dios supera la muerte en
tres días.
32. Su vana suficiencia no les impide al
final caer pesadamente y volver de nuevo
al caos1 cenagoso.
32'. El limbo es la antecámara de Dios,
que se debe atravesar para llegar al Padre
recién nacido.
33. Su ciencia ha nacido de las
interpretaciones siniestras de la enseñanza
de los antiguos Sabios.
33'. La complicación engendra la locura y
la muerte inextricables.
34. Varía como la sombra y como el
viento.
34'. El fuego reviste todas las formas, pero
permanece fijo en su interior.
35. La ciencia de Dios es inmutable como
el sol y como el oro.
«Pasaremos por el fuego y por el agua, y
el sol de Dios nos abrasará para siempre».
35'. Todos los Sabios profesan la misma
enseñanza.
El agua en la tierra y Dios en el hombre.
36. La parte no puede juzgar la totalidad
del Ser, y quien está en la periferia no
puede ver como el que está en el centro.
36'. El fuego sólo es visible en medio del
cielo. Permanece oculto en el centro de la
tierra y en el agua media.
37. Ahora, corresponde al hombre dar el
primer paso hacia Dios, ya que también él
dio el primer paso hacia la sombra.
37'. La libertad otorgada al hombre le
permite todas las locuras y toda la
sabiduría.
La curiosidad que lo ha perdido puede
también salvarle.

1. Variante: «a la nada», en vez de «al caos».


38. Al instante, como un imán, Dios hará
recorrer al hombre el doble de camino.
38'. La luz desciende sobre la tierra y sube
de nuevo al cielo, para reunir en Dios el
polvo de humanidad dispersado en los
abismos.
39. La verdadera fuerza y la auténtica
debilidad están sólo en el corazón.
Todos los secretos del mundo están
contenidos en él.
39'. El agua en la semilla y el fuego en el
agua son como el agua de la piedra y
como la piedra del agua.
40. La mayor recompensa es iluminar a
otro hombre después de haber descubierto
la luz en uno mismo.
40'. Pocos discípulos saben aprovechar la
lección de los hombres Sabios y descubrir
el don natural de Dios.
41. La imaginación es la herramienta que
descubre a Dios.
La paciencia es la que lo pone en
evidencia.
41'. El agua disuelve todo tipo de cosas,
pero el fuego sólo coagula una.
42. En medio de la corrupción es donde la
verdad aparece claramente.
42'. La santa Madre brilla en medio de las
tinieblas del mundo.
43. La creación del Universo se realiza en
la soledad aceptada y autosuficiente.
43'. Nada se añade al agua virgen, salvo el
fuego para madurarla.
44. Cuando el símbolo es una realidad, es
imposible descubrirlo sin la ayuda de Dios.
44'. La evidencia del misterio ciega a los
más sabios.
45. La ceguera y el orgullo de los hombres
han llegado a tal punto, que transforman
todo bien en mal en nombre de la ciencia y
del progreso.
45'. Lo que está excesivamente cocido
sólo contiene la muerte y sólo engendra la
muerte.
46. El verdadero éxito se realiza en
beneficio de todos y a expensas de nadie.
46'. Dios colma a sus hijos sin privar a
nadie de nada.
47. Cuando las iglesias y los estados se
apoyan en la fuerza del mundo, se someten
a la muerte, porque el poder de Dios les
abandona.
47'. Los que poseen el verdadero poder
espiritual controlan sin esfuerzo el poder
temporal, no obstante, la coacción y la
violencia siempre les son ajenas.
48. Quisiéramos que no os preocuparais de
acusar a quien os reprende, sino más bien
que os disgustarais por predicar la verdad
y no observarla.
48'. Suscitando santos antes que sabios,
mereceremos por fin un Sabio.
49. Los que rechazan a la joven y al niño
se condenan gratuitamente a la muerte.
49'. Están abandonados en el camino y
cubiertos por la inmundicia.
se condenan gratuitamente a la muerte.
cubiertos por la inmundicia.
50. Dios no espera su aprobación para
sacar a la luz lo que se ha complacido en
crear.
50'. El agua santa vuela hacia el cielo y se
hunde en la tierra para mover todas las
cosas.
51. El Sabio recoge a la madre y la cobija
hasta que el niño aparezca a la luz.
51'. Sólo a quien ha adquirido el
conocimiento de Dios en los tres planos
de la creación, se le puede llamar liberado
para siempre.
52. Dios se burla de las ciencias, las leyes
y la moral de los hombres.
52'. Los hombres pasan, pero la doctrina
del Espíritu permanece eternamente.
53. Todos los acontecimientos, buenos o
malos, son útiles a quien los emplea para
su instrucción.
53'. El mundo entero ayuda al hombre que
busca a Dios, pero raro es aquel que
comprende y acepta la misteriosa lección.
54. Incluso los libros santos ¿qué son
comparados con el misterio de vida que
subsiste en el sol y en la tierra? Sin
embargo, contienen la llave que abre y que
cierra el manantial del abismo y el sello
que cubre el germen del Señor de los
mundos.
54'. Quien comprende alaba al Señor en su
corazón.
Quien cree entender y quien no capta
nada debe rezar y callar.
55. La verdad se basta a sí misma. Todo lo
que se le añade la oscurece.
55'. En los lugares comunes es donde
aparece la evidencia del misterio.
56. Dios abre los ojos a quien le place, sin
la ayuda de ningún sabio.
56'. El Espíritu opera ante todos. Pocos lo
ven. Sólo uno lo capta y lo fija.
57. Las ciencias que los hombres profesan
exigen sutileza y muchos esfuerzos para
ser parcialmente poseídas.
La ciencia que Dios enseña requiere
simplicidad y paciencia para conocerse en
su totalidad.
57'. El conocimiento del árbol es menos
importante que el del fruto, y éste es
menos útil que el conocimiento de su
hueso. Finalmente, es la almendra lo que
debemos conocer en su pureza, y es el
germen lo que debemos manifestar en su
perfección.
58. La injusticia que nos aplasta está aquí
para recordarnos que Dios nos espera con
su justicia.
58'. La muerte expulsa la muerte y hace
aparecer la vida oculta.
59. Quien está verdaderamente entregado a
Dios no lleva ninguna marca especial que
lo señale para ser venerado por la multitud.
59'. La tierra pura separada de su muerte.
La luna blanca salida de su sombra.
El sol rojo lavado de sus manchas.
Está desnudo y pobre en el mundo.
60. Los hombres ignorantes desprecian la
tierra y el cielo que les han hecho nacer y
que los nutren.
Los hombres Sabios se esfuerzan en unir
lo que es bajo con lo que es alto para hacer
una sola cosa.
60'. El agua sale de la tierra y vuelve a la
tierra hasta que se abre la flor blanca y
hasta la maduración del fruto púrpura.
61. No hay una verdad nueva. Sólo hay
formas y expresiones nuevas de la vida
eterna muy oculta y muy evidente.
61'. Quien me encarna, dice el hombre
celeste, conoce la vía santa de los antiguos
Sabios de Dios.
62. Es necesario ser muy instruido y muy
poderoso para volverse sencillo y humilde
como un niño pequeño.
62'. Dios: el loco que amamos, el Sabio
que nos espanta.
63. Dios permite la tentación a fin de
que seamos juzgados equitativamente por
nosotros mismos.
Es una justicia tal que toda discrepancia
aumenta nuestro pesar.
63'. Quien está en Dios gobierna incluso a
los astros, porque posee el cuerpo y el
espíritu puros unidos en el alma perfecta.
64. El signo de la mentira es el cambio, el
de la verdad es la inmutabilidad.
64'. El fuego juzgará al mundo podrido,
pero los vivientes de Dios saldrán sanos y
salvos de la prueba aterradora. ¡Sólo ellos!
65. La mayor alegría que el hombre puede
experimentar es la perfecta manifestación
de su fuerza en Dios.
65'. El sol fijo y perfecto salido de la pura
y viva luz que él engendra al principio.
66. Dios, que es la perfección de la ciencia
y del amor, sólo ofrece y acepta la ciencia
y el amor perfectos.
66'. El tesoro sepultado en la tierra. El
gran concentrado del Universo.
67. La reflexión debe necesariamente
preceder a toda experimentación para
llegar al verdadero conocimiento.
67'. El final de la duda:
La experiencia de Dios por el
conocimiento de la naturaleza y del
hombre.
68. La libertad es saberlo todo y callar,
tenerlo todo y no poseer nada, poderlo
todo y reposar.1
68'. La quintaesencia del cielo y de la
tierra, que produce el sol y que lo recibe
en esponsales.
69. Lo natural y lo sobrenatural están
mezclados tan íntimamente que sólo Dios
69'. Volviendo del revés la tierra REA
descubriremos el AER celeste que hace la
puede separarlos y reunirlos. ERA divina.

1. Variante: «descansar», en vez de «reposar».

70. Quien trabaja más de lo que exigen
las necesidades naturales, se casa con el
infierno y con la muerte.
70'. La naturaleza lo produce todo por el
agua y por el fuego.
El Sabio perfecciona el mundo de la
misma manera.
71. La búsqueda de la ciencia de Dios es
el único trabajo que prescinde de toda
aprobación humana.
Colma tanto a quienes la alcanzan que
están en situación de darlo todo, mientras
que el mundo ya no les puede ofrecer nada
más.
71'. La madre universal que existe por
Dios, quien la modela a su gusto.
La fecundadora del cielo.
La fecundada de Dios.
La fecunda de la tierra.
«La verdad es una maldición para
quienes se acercan a ella y no la reciben».
72. Cuando los mejores hombres parecen
perdidos para el mundo, son ganados para
Dios, que todo lo posee.
72'. La reunión de los cuatro elementos
forma la quintaesencia, raíz de la luna y el
sol.
73. El maestro puede liberar a los
prisioneros arrepentidos, pero no libra a
los esclavos voluntarios de la muerte.
73'. Bajo la bestia, el Dios secreto, y en el
barro, la perla oculta.
74. Dios ha creado el mundo que se
perpetúa en sí mismo.
Aquí se encuentra la enseñanza única.
74'. El cuerpo-espíritu todo lo realiza
fácilmente, porque ya está en todo desde
el comienzo.
75. Los hombres prefieren sus propios
sistemas que se derrumban, sus
invenciones que matan y su trabajo que
encadena.
75'. El mundo mixto, engañador y
engañado.
La rueda que no reposa.
76. Dios se burla de los sabios del mundo,
porque le consideran ajeno a su propia
obra.
Así, cuantas más maravillas ven, más
insensatos se vuelven.
76'. La extrema humillación de la muerte
es la entrada obligatoria al esplendor de la
vida celeste, pues la separación terrestre
es el comienzo del cielo manifestado.
77. Dios es todopoderoso.
Renueva todas las cosas sin esfuerzo.
77'. El comienzo en la tierra.
El medio en el agua del cielo.
El final en el sol.
78. Todo se puede comprender con su
inspiración.
Todo se puede examinar con su ayuda.
Todo se puede depurar con su ciencia.
Todo se puede perfeccionar con su arte.
78'. La tierra produce el agua y se nutre
del agua.
El agua engendra el aire y se vivifica del
aire.
El aire se convierte en fuego y se
alimenta del fuego.
Posee todos los nombres y no tiene
ninguno.
alimenta del fuego.
El fuego se torna tierra y sale de la
tierra.
79. Nunca falta nada a quien se apoya en
Dios.
79'. El alcanfor de oro donde reside toda
la virtud de la tierra y del cielo.
80. Quien ha obtenido la amistad de Dios
no está alegre ni triste. Permanece en la
paz del Perfecto y ayuda a los hombres
reconciliados en la Madre amante.
80'. El poeta loco y santo que oye a Dios y
que lo traduce.
Arde iluminando el mundo y habla de la
vida a las rocas de la tierra hasta
despertarlas de su muerte solitaria. Su
alegría y su pena son incomunicables.
81. La mayor voluntad es la mayor
paciencia.
La mayor paciencia es la mayor
aceptación.
La mayor aceptación es la mayor
sabiduría.
La mayor sabiduría es la voluntad y la
vía de Dios.
81'. Mil nombres y mil rostros sobre la
única pureza contenida en nuestro
corazón.
«¡Oh luz universal de los mundos!»
«¡Oh fuego muy secreto del Único!»
«¡Oh perfección muy santa de la
unión!»
82. Confrontando las doctrinas de todos
los libros santos es como se puede
descubrir la verdad del Único.
82'. El Padre en el centro.
El Hijo en la periferia.
El Espíritu Santo entre ambos.
Todos en Uno siempre.
83. Estudiemos los triples misterios
antiguos.
Reverenciemos las doctrinas y las
fábulas sagradas.
Busquemos el bien que subsiste en el
mal.
Meditemos sobre las obras de los
profetas y de los santos filósofos.
Comprendamos que sólo hay un Dios,
una sola ciencia y una sola creación en
todas partes y siempre.
83'. Toda humedad será expulsada de la
tierra y el fuego consumirá la mugre
inmunda hasta que la sal virginal
aparezca, a la que se devolverá el agua
celeste para formar el nuevo mundo de
Dios.
«¿Quién nos hará oír esta palabra del
comienzo y del fin de los tiempos? ¿Quién
nos mostrará el germen desnudado de la
creación perfecta del Señor?»
84. Feliz quien calla hasta el momento del
conocimiento, porque su ignorancia no se
volverá contra él para agobiarlo en el día
de la separación.
84'. Cuando se busca a Dios no hay
tiempo para ocuparse del mundo, de igual
manera, cuando se corre tras el mundo no
se puede reposar en el Único.
85. Quien se desanima a la primera o la
milésima tentativa no es digno de poseer el
don de Dios.
85'. El agua de la tierra y la tierra del
agua, he aquí el misterio del Señor
encarnado en la sangre y en la carne del
don de Dios.
encarnado en la sangre y en la carne del
mundo.
86. La única vía que conduce a la posesión
de Dios es el conocimiento de la
naturaleza y del hombre.
86'. Las metamorfosis del mundo enseñan
al clarividente y le reconducen al
manantial universal de la vida.
87. El don exige el mando, la mediocridad
permanece en la obediencia.
Cuando la regla es violada, las
sociedades zozobran en el caos.
87'. Finalmente, el fuego domina el agua
en la creación oculta y lo transforma todo
en tierra santa.
88. Conocer los tres fundamentos
hereditarios del hombre es poseer la
ciencia.
El alma que viene de Dios, el espíritu
que viene de los astros, el cuerpo que
viene de la tierra.
88'. Quien libera al hombre sepultado lo
recibe todo del Padre, por medio
de la Madre y del Hijo manifestados
claramente.
«No predicamos el viento, ni el humo,
ni la ceniza, predicamos la vida salva
en alma, en espíritu y en cuerpo
resucitados».1
89. Las querellas provienen de la
confusión de los espíritus, del arrebato de
las pasiones y de la inexactitud del
lenguaje.
89'. La tierra incuba el águila luminosa.
¿Quién la asirá cuando salga del huevo?
Y ¿quién la criará hasta su retorno a la
tierra santa?2
90. El hombre fuerte manda sin hablar y es
obedecido.
El débil grita sin cesar y nadie le
escucha.
90'. La vía directa es escuchar y mirar en
uno mismo para conocer a Dios en el
Universo.
91. No hay mayor maldición que estar
bloqueado en el orgullo del espíritu y en la
grosería del sentimiento.
91'. La locura aparente del secreto de Dios
excluye a los orgullosos, a los codiciosos
y a los impíos.

Somos hijos de los santos y esperamos
la vida que Dios ha de dar a quienes
jamás le retiran su fidelidad.
TOBÍAS

M uchos parecen estar fuera de la
Iglesia y están dentro; muchos que
parecen estar dentro, están fuera.
AGUSTÍN

1. Variante: «la ceniza, ni el humo, ni el viento», en vez de «el viento, ni el humo, ni la ceniza».
2. Variante: «su retorno a la roca», en vez de «su retorno a la tierra santa».

*

Pueden leer las entradas anteriores, desde aquí

  ó desde aquí


martes, 29 de septiembre de 2015

El Mensaje Reencontrado - Louis Cattiaux



LOUIS CATTIAUX

EL MENSAJE
REENCONTRADO

o el reloj de la noche y del día de Dios

A la gloria de Dios* y al servicio de
los hombres que lean con los ojos del
espíritu y del corazón los signos
inscritos en la carne del mundo.

«Entra de nuevo y reposa, o sal y
brilla, pero permanece siempre en
uno.»

Este libro no es para todos, sino
sólo para quienes les es dado creer
en lo increíble.
* Él (en francés, LUI): El fuego secreto que suscita los Universos, que los mantiene y que los consume.


PREFACIO
La conjura de los imbéciles, de los charlatanes y de los Sabios ha tenido un éxito
perfecto.
Esta conjura tenía por objeto esconder la verdad.
Unos y otros han servido a esta gran causa, cada uno según sus medios: los imbéciles
por medio de la ignorancia, los charlatanes por medio de la mentira, los Sabios
mediante el secreto.
Los imbéciles no quieren que se descubra la verdad. Sospechan, instintivamente, que
les molestaría. Si les fuera mostrada, apartarían la mirada; si se les pusiera en la mano,
la dejarían caer; si se les forzara a mirarla cara a cara, gritarían horrorizados y correrían
a esconderse bajo tierra.
Los charlatanes no quieren que se descubra la verdad, porque arruinaría sus
artificios, impediría su provecho y mostraría su vergüenza.
Los Sabios que poseen la verdad no quieren que se descubra. Siempre la han tenido
oculta por cuatro razones.
La primera: saben que Saber es poder y quieren apartar de él a los indignos. Porque
el Saber en el indigno se vuelve malicia y el Poder, peligro público y plaga. Por esto,
las reservas de conocimiento acumuladas durante milenios en los templos de Egipto
permanecían inaccesibles a quien no había pasado por todos los grados de
purificaciones y pruebas. Más tarde, los filósofos desconocidos, los nobles viajeros, los
Alquimistas, se transmitieron de la misma manera los restos de la misteriosa herencia,
es decir, de boca a oreja o, más bien, por la presencia y el ejemplo, en símbolos y
enigmas; siempre bajo el sello del secreto. Si vivieron en la intimidad de las
formidables fuerzas de la naturaleza, se guardaron mucho de hacer partícipes de ellas a
los atolondrados.
¡Oh, Sabios que sabéis callar! ¿Dónde estáis? Merecéis que todos los seres vivos os
proclamen su gratitud, ¡oh, Sabios!
¡Oh, Sabios que sabéis callar!, ahora hemos aprendido el valor de vuestra prudencia,
la grandeza de vuestra humildad, la profundidad de vuestra caridad.
Ahora que a los profanos se les ha ocurrido adquirir y propagar tanta ciencia como
pueden, ahora que se vanaglorian de sus descubrimientos con el mismo celo que
vosotros habéis puesto en esconder los vuestros, hemos visto su resultado.
Sin embargo, ¡cuan pequeña es su ciencia, exterior, superficial, precaria y limitada!,
y ya vemos su resultado.
Así, han envenenado las fuentes, minado la tierra, salpicado el cielo, trastornado y
pervertido a los pueblos, corrompido la paz, deshonrado la guerra, y han suministrado
al hombre de la calle tantos instrumentos de destrucción y de opresión que toda la
familia de los seres vivos se ve amenazada, mientras continúa el progreso de este
chancro.
La segunda razón de los Sabios para mantener oculta la Verdad, es que conocer es
una operación de vida y una manera de nacer. Y nada puede nacer fuera de una
envoltura. Una envoltura de carne o de corteza, de tierra o de misterio. Si abrís una
semilla, ya no germinará; si abrís un lagarto para ver lo que hay dentro, sólo
encontraréis el resto del cadáver y no lo de dentro del lagarto, su interior se ha ido, ya
que el lagarto está muerto. De igual modo, la ciencia abierta, propagada y vulgarizada
es ciencia muerta y fruto de muerte. Es un desierto de arena y no un puñado de
simiente. Al permanecer exterior no puede ser profundizada, sino sólo extendida, y la
vida se le escapa. No puede conducir a la conciencia, que es nacimiento a uno mismo,
ni a la vida interior. En cambio, el conocimiento de los Sabios es una gaya ciencia que
tiene sabor de alegría y soplo de espíritu. Y como todo ser vivo, aunque sea una mosca,
defiende su forma y rehúsa exhibirse.
La tercera razón de los Sabios para mantener oculta la verdad es su respeto por la
dignidad del conocimiento. Ellos saben que ésta es la vía real que lleva al Dios de
verdad. Ella ha de conducir a la contemplación, a la admiración de la naturaleza y a la
adoración del creador.
Debe aportar la luz a las almas, la exactitud a los pensamientos y la justicia a los
actos. Debe dar salud y salvación. Los Sabios la han defendido tanto como han podido
contra los hombres vulgares, por temor a que fuera apartada de su fin, desnaturalizada
y envilecida, cosa que no han dejado de hacer los hombres vulgares desde que le
pusieron la mano encima. Le han dado la vuelta utilizándola. Se han servido de ella en
lugar de servirla. Estaba aquí para librarles de sus deseos y ellos la han uncido al yugo
de sus tareas, la han forzado a aumentar sus posesiones. Estaba aquí para darles la
conciencia y de ella han sacado la máquina. Han cogido el cáliz para hacerse una
hucha y el crucifijo para hacerse una maza. Han enganchado la ciencia a sus motores,
la han aprisionado en sus bombas. Pero, demasiado astutos, han caído en su propia
trampa, dejándose atrapar por el engranaje de la máquina. Ahora, ella les roe poco a
poco en tiempo de paz y los devora a grandes bocados en tiempo de guerra. Los Sabios
han hecho todo lo posible por evitarlo.
La cuarta razón de los Sabios para mantener oculta la Verdad es que aman la Verdad,
y no hay amor sin pudor, es decir, sin velo de belleza. He aquí por qué no quieren
descubrirla sino revelarla, es decir, recubrirla de un velo luminoso. Por esto sólo han
enseñado con parábolas, para que quienes tienen oídos para no oír permanezcan
apartados; pero también para que quienes lo merecen aprendan los tonos y las claves
de la música total. Pues sus alegorías, sus fábulas y sus blasones no explican el
encadenamiento mecánico de las apariencias, sino las afinidades secretas y las
analogías de las potencias y las virtudes, las correspondencias del número con el
sonido, de las figuras con las leyes, del agua con la planta, con la mujer y con el alma,
del fuego con el león, el hombre armado y el espíritu, de los astros con los ojos, las
flores y los cristales de los metales y de las gemas, de la germinación del oro en las
minas con la de la verdad en el corazón del hombre. En sus oscuros textos, donde las
recetas del Gran Ante están salpicadas de advertencias piadosas, las solemnes
sentencias de alabanzas y plegarias, lucen los hilos que tejen el manto del Rey de
Reyes.
Al ocultar los Sabios su saber por escrúpulo, los charlatanes se aprovecharon para
esconder su ignorancia bajo los mismos signos misteriosos. Los imbéciles los han
confundido largo tiempo creyendo tanto en unos como en otros.
Ahora, a medio camino entre los charlatanes y los imbéciles, ha surgido una nueva
especie que asegura el triunfo definitivo de la conjura.
Esta nueva especie es la de los universitarios y sabios oficiales, que el día de su
advenimiento declararon nulo y sin valor el misterio filosofal, quimera la búsqueda de
los antiguos maestros, juego de niños su ciencia, engañabobos su arte. Los imbéciles
instruidos por los nuevos sabios, han confundido una vez más a los sabios con los
charlatanes, pero esta vez para no creer ni en unos ni en otros.
Sólo creen en la ciencia de los recién llegados, quienes simplemente enseñan que la
verdad está en su ciencia y que todo lo que no pueden descubrir ni demostrar no existe.
Ahora bien, no han enseñado, ni descubierto, ni demostrado nada acerca de la vida y
de la muerte, del pecado y del juicio. Nada acerca del amor, del dolor y del rescate,
acerca de la conducta del hombre y del destino del alma, acerca del sentido, la esencia
y la salvación. A medida que descubren nuevas nebulosas o nuevos electrones, nuevas
vitaminas o nuevos explosivos, se alejan y nos desvían de lo esencial. Y ahora la
verdad está tan bien escondida que ya no se la busca.
Incluso estaría totalmente perdida si no sobrevivieran algunos sencillos de espíritu
para quienes la verdad existe. No pueden resignarse a pensar que nadie la tenga o la
haya tenido. Recorren el mundo interrogando a la gente, los astros y las hierbas,
interrogando el gran libro de la naturaleza y hojeando los textos olvidados,
interrogando su corazón y a Dios en la plegaria. Saben que no tienen la verdad, pero
saben que ella es. Están tan hambrientos y sedientos de ella que saben seguirla por el
rastro y reconocerla por el olor. Ante un hombre difamado, un acontecimiento absurdo,
un grimorio ilegible, se paran en seco y exclaman:
¡Aquí está!
Ellos saborearán este libro. Para ellos ha sido escrito, aunque su hermandad sea poco
numerosa.
Y tú, Cattiaux, amigo mío, ¿has encontrado la Piedra?
Sentado en la tienda donde pintas y meditas entre filtros y frascos, ¿has encontrado el
carbunclo y la violeta?
Sentado entre tu mujer y tu gato, Cattiaux, amigo mío, ¿has encontrado el oro vivo y
el elixir?
¿Has visitado el interior de la tierra y, rectificando, encontrado la joya oculta y la
verdadera medicina?
No sé ni puedo decir si la substancia de los antiguos textos se oculta en estas páginas.
Pero ¿cómo es que en ellas se encuentra su perfume? ¿En qué huevo y en qué
alambique, Cattiaux, amigo mío, has destilado la esencia sutil que se llama el Perfume?
¿De dónde viene esta poesía que tiene por nombre Perfume de Verdad?

LANZA DEL VASTO
Noviembre de 1945

*

PRESENTACIÓN AL LECTOR

Muchos quieren oír pero no saben escuchar.
Fr. de Foix

La sabiduría es tan escasa en el Tíbet como en París, decía Louis Cattiaux. Sin
embargo, puede florecer en todas partes sin que nadie se dé cuenta. Un hombre,
semejante a tantos otros pero no igual, que vivía en la gran ciudad, escribió estas
páginas que al lector corresponde juzgar. No son para todos, aunque estén destinadas a
circular entre los hombres de hoy, que por negligir la antigua revelación se han dejado
atrapar en una profunda ignorancia.
Aquellos para quienes ha sido escrito este libro lo sabrán al leerlo, pues, como dice el
autor, les es dado creer lo increíble. Ellos sabrán leerlo y entenderlo, porque pertenecen
a la misma familia espiritual. Antes de marcharse de este mundo, el 16 de julio de
1953, el autor se lo dejó como una contraseña para reunirse y un motivo de esperanza;1
lo dedicó en especial a los pueblos negros, todavía divididos y como en la infancia,
pero llamados a ser poderosos en el mundo por el juego de una Providencia indiferente
a las intenciones y a los trabajos de los hombres.
Es difícil abordar El Mensaje Reencontrado. Contiene, según el autor, una iniciación
y una mística estrechamente unidas y presentadas bajo una forma concentrada que
exige más que una lectura ordinaria, pues las palabras están sobrepasadas por la
revelación y la obra se presenta como el aire líquido que ha adquirido propiedades
extraordinarias, pero que son invisibles a simple vista2... Los versículos están
dispuestos en dos columnas, ya que existen dos hombres en nosotros, el hombre carnal
y el espiritual, el hombre exterior y el interior, como existen también las tinieblas y la
luz, la justicia y el amor, lo puro y lo impuro; todas las cosas están dispuestas de dos
en dos.3 Cada versículo implica varios sentidos en profundidad: la columna de la
izquierda suele dar los sentidos terrestres: moral, filosófico y ascético; la columna de la
derecha, los sentidos celestes: cosmogónico, místico e iniciático. Algunas veces, los
versículos se completan con un tercero dispuesto en medio de la página, que hace
concordar los otros dos en el sentido alquímico que une el cielo con la tierra y que hace
referencia al misterio de Dios, de la creación y del hombre; sólo a Dios corresponde
desvelar al hombre piadoso este sentido, el más profundo. También se observará que
cada uno de los XXXX libros lleva un doble título; por ejemplo, en el libro primero, a
la izquierda: «Verité nue»; a la derecha: «El brote verde». Los cuarenta títulos de las
columnas de la izquierda son anagramas unos de otros.* Es insólito componer cuarenta
anagramas con nueve letras, siempre las mismas. El lector entendido se dará cuenta de
que ni una sola palabra de este libro ha sido puesta sin intención.
El Mensaje Reencontrado nos habla de una única cosa en términos siempre distintos,
por ello la multitud de versículos no es una dispersión. Los ignorantes en busca de una

1. M.R. XXX, 37 y 38; XXXIII, 35.
2. Escrito por Louis Cattiaux en una carta a G. Chaissac. Agradecemos aquí al Sr. Chaissac el haber comunicado
ciertos pasajes de su correspondencia con el autor de El Mensaje Reencontrado.
3. M. R. III, 98.
* Dichos títulos se mantienen tal como aparecen en el original francés. (N. de los T.)

«nueva revelación» que añada o sustraiga algo a la antigua, quedarán defraudados.
Aquí sólo se encontrará un testimonio4 a favor de la antigua, que nos habla de la caída
del hombre en este bajo mundo, de las consecuencias físicas y morales de dicha caída y
del medio para su regeneración corporal y espiritual, por la vía misteriosa que conduce
a la resurrección.5
Quizás escandalicemos a más de un lector afirmando que el Espíritu de Elías,
siempre vivo, se manifiesta de edad en edad:6 que estos se abstengan, porque aquí está
la piedra de escándalo. No obstante, bienaventurado quien sepa separar en las páginas
que siguen este espíritu de su ruda corteza, reconozca su autenticidad y se nutra de ella
para una vida eterna.
La dedicatoria general de El Mensaje Reencontrado nos indica que está destinado «a
la gloria de Dios y al servicio de los hombres que lean con los ojos del espíritu y del
corazón los signos inscritos en la carne del mundo». En efecto, allí donde el lenguaje
se dirige a los ojos del espíritu y del corazón, los ojos de la razón carnal o del intelecto
no nos enseñarán nada. Estos últimos sólo nos muestran la corteza o la apariencia
cambiante del mundo; los otros nos guían hacia la Esencia y la Substancia, su soporte
indestructible, y nos hacen reconocer la luz interna que Dios encendió al comienzo en
la naturaleza y en nuestro corazón.7
Se trata, pues, de una obra de meditación que requiere ser leída, releída y estudiada
con simplicidad de espíritu y pureza de corazón. ¿Acaso la multiplicidad y el espíritu
agitado no nos privan de la posesión del Reino de los Cielos?, ¿y no es la impureza de
nuestros corazones lo que nos aleja de la visión de Dios?8
El testimonio de las Escrituras nos enseña que el conocimiento de la luz divina no
debe proceder del exterior sino del interior; despertada y excitada por su Origen libre,
esta luz sepultada germina entonces y, volviéndose la «justa medida» y la fuente de
nuestros juicios, «aparece después al exterior y resplandece plenamente en la unión».9
Un sordo opinará de la música según la descripción que de ella se le haga, porque
carece del sentido que le permitiría experimentarla por sí mismo. Igual ocurre con los
demás sentidos. La luz resplandece en las tinieblas, pero si el hombre está privado del
uso del órgano apropiado para aprehender esa luz interior, es para él tinieblas mientras
no haya recuperado la mirada del espíritu y del corazón.
Si tenéis fe y paciencia, escribía el autor a propósito de El Mensaje Reencontrado, se
esclarecerá por sí mismo poco a poco y todo lo que os parece oscuro se os mostrará
entonces evidente.
Así es como proponemos al lector que se forje su propia opinión sobre esta obra y
juzgue por sí mismo si es idéntica o no a la enseñanza tradicional.

E. y C. D'HOOGHVORST

4. M. R. XXIX, 36.
5. M. R. XXIX, 33 y 45.
6. M. R. XXXVI, 95. Hemos hablado sobre este tema en un estudio sobre El Mensaje Reencontrado, aparecido en la revista LA PUERTA, Sobre esoterismo cristiano, Ed. Obelisco 1990, p. 81 y sig.
7. M. R. VIII, 50'.
8. M. R. XIII, 32'.
9. M. R. IX, 54'; IV, 36' y XII, 12'-13'.


A MODO DE INTRODUCCIÓN

¿Qué es este mensaje en este mundo alojado?
Escritura cándida, el Arte leído en este siglo,
Al amor deletreando su Hermes.
Tal palabra oculta te fue el germen.

Hiciste palabra de exilio, este puro Helías
¡Oh hielo de avaro, de Arte puro vacío!
A mi funesta astucia debióse, dice este Maligno,
Este árbol en su invierno.

Allí, el hombre erró en hielo.
El Arte raro al necio predicó,
El exilio soñó su dolo.
¿Qué palpa este despertar?

En tu sabio maná
La primavera te es mostrada
Que Hermano Mate despierta
A la edad creadora.

¿Qué escribe aquí este libro leído de estudio vivo?
Un puro Ave.
Dote a este Arte:
Tarro de sal de oro que todo lo cura.

¡Oh, qué mensaje reencontrado
Para leer aquí, en nuestra escuela!
En tal libro, el oro negado,
En un estudio del sentido puro deletreándose largamente.

¡Oh, puro Sol; oh, santo destino de un Osiris!

E H

*

A propósito del Mensaje Reencontrado

Cuando entra el vino, sale el secreto
SENTENCIA RABÍNICA



Este libro es el mensaje de un vino bebido sabiamente riendo. Es una mántica pastor de los amigos de un viviente. Isis, luz escondida a la ciencia sin cocción, se alumbró este fruto.

La Edad nueva me ha bendecido, exclamó este elegido encerrado en silencio, y mi libro ligado por Hermes se leerá el Arte asido. Tal es el secreto de este libro que habla púdicamente del Arte que calla a la avaricia.

¡Oh ídolo detestado que da estupor, que marca esta edad de hierro sin estrellas ni profetas bendecidos! ¡Oh pecado mortal que hiela la edad de oro en pasión siniestra! ¡Que un buen Ave te traiga sol incubado! ¡Salud! ¡Siglo nuevo anunciado por este libro raro en sabiduría química!

¡Qué Poeta, éste que osa bendecirse con un buen vino, que le embriaga así de un sentido que suena claro!

E H


1. Ce livre est le message d'un vin bu sagement en riant. C'est une mantique pasteur des
amis d'un vivant. Isis, lumière cachée à la science sans cuisson, s'enfanta ce fruit.
L'Age neuf m'a béni, s'écria cet élu enfermé en silence, et mon livre lié par Hermès se lira
l'Art saisi. Tel est le secret de ce livre parlant pudiquement de l'Art qu'il tait à l'avarice.
O idole détestée donnant stupeur qui marque cette âge de fer sans étoiles ni prophètes
bénis! O péché mortel gelant l'áge en sinistre passion! Qu'un bon Ave t'amène soleil couvé!
Salut! Siècle neuf annoncé par ce livre rare en sagesse chimique!
Quel Poète, osant se bénir d'un bon vin l'enivrant ainsi d'un sens qui sonne net!

*




LA LUZ
Como una tierra prometida abrevada de inocencia, me entrego a
aquel que desenreda mi noche, y mi corazón se decanta en el
reposo y luce.
* * *
¡Oh, Sulamita, mi única amiga, soy tu Salomón solo en el mundo.
Sol y Selene en Sal unidos. Salvación de los mitos y Salam de los
montes!
* * *
¡Antigua soledad de las selvas primordiales, donde brilla la
esmeralda emanada de las estrellas! ¡Quien os encontró posee el
secreto divino, que un maestro verdadero nos legó en el pan y el
vino!

*

Libro I  desde aquí


Galería de imágenes, desde aquí:


*