lunes, 30 de junio de 2014

Despierta Jonás


Despierta Jonás

Llevas mucho tiempo dormido, demasiado para un Inmortal como tú. Abre tu Corazón a la eterna llamada de tu voz interior y ponte en acción.

Nínive es un mundo sumido en un prolongado sueño y ya hace tiempo que sonaron las campanas del despertar. Necesitan tu voz Jonás. Te necesitan para recordar lo que realmente son: El Ser, la Palabra, la única Verdad.

Tanto tiempo sumidos en la idolatría, creando dioses donde nunca los hubo por la Divina Voluntad de su Cósmico Poder. Inmersos en un complejo de inferioridad que, a modo de manto de humo, han colocado sobre sus propias personas.

Debes recordarles, Jonás, que la somnolienta fantasía que parecen vivir tan solo es producto  de su infinita imaginación. Han creado un reflejo del Mundo Original; pero imperfecto e inconsistente.

Diles que deben desterrar de su memoria a los dioses que han creado para que yo, el Dios de su Corazón, pueda recobrar el trono de sus mentes.

Es el Miedo, producto de la Ignorancia, lo que les hace parecer horribles en sus acciones. Recuérdales que ellos no son así y que están obligados a armarse con la coraza del Amor con el fin de enfrentarse a la última y más importante batalla, en la que deberá imponerse la Luz de la Razón Celeste.

Ínstalos a que no vean sus cuerpos mortales como a su verdadero Ser, sino como lo que en realidad son: Ilusiones necesarias para la manifestación de Yo Soy en el mundo de fantasía que es su supuesta vida. Que no teman ni al dolor ni a la muerte, ya que son creaciones suyas impuestas en su guion con el fin de preparar el Camino para mi llegada.

Desperézate Jonás y navega por el Océano que conduce a Nínive, el Mundo de la Ilusión. Sé mi Profeta, del Dios de tu Corazón, allí para que con  el Poder de la Gnosis puedan, sus habitantes, reconocerme en su Corazón y despierten a la Verdad de su perenne divinidad.

Diles que mientras sigan intentado ponerme un nombre, lo único que consiguen es crear egrégores sin vida, sus propios dioses, y a los que veneran, con su mejor voluntad; pero también profunda Ignorancia, alimentando y engordando hasta hacerlos parecer reales.

Yo Soy no poseo un nombre humano, diles. Soy el Ser Eterno e Infinito que mora en todo y que es esencia de todo y fuera del que nada hay, ni siquiera dicha palabra en sí. Cada vez que intentan nombrarme con sus palabras mortales crean nuevos dioses y penetran cada vez más en ese profundo sueño del que tú primero y los demás debéis despertar.

Un Sueño que ya lleva demasiado tiempo activado y donde muchos creen haber encontrado su paraíso, otros su infierno y la mayoría un impenitente purgatorio.

Levántate y ve Jonás.


ARALBA  


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miércoles, 25 de junio de 2014

Vendedores de entelequias


Vendedores de entelequias


Cuando compramos una lavadora, un frigorífico o una cocina estamos adquiriendo un objeto físico que cumple una función material como lavar nuestra ropa, conservar los alimentos o cocinarlos para poder ingerirlos. Cuando compramos uno de esos objetos o similares sabemos que aunque el precio sea más o menos elevado vamos a sacar algún provecho tangible de ello.

Llegará el día en que los estados nos proporcionen de forma gratuita la enseñanza y la cultura en cualquiera de sus modalidades o niveles, dado que una ciudadanía culta es un activo indudable para cualquier País. Evidentemente esto no sucede en casi ningún lugar del mundo a día de hoy y tenemos que pagar por adquirir conocimientos, digamos útiles y necesarios, como conocer el lenguaje, realizar operaciones matemáticas u otros más técnicos como los relacionados con cualquier profesión u oficio y aquellos que al parecer se han convertido en imprescindibles hoy en día como son el aprendizaje de idiomas o la informática en cualquiera de sus derivados; pero bueno, hoy en día si quieres estar informado para estar a la altura de tu rival o interlocutor tienes que pagar dinero y tanto tienes, tanto vales.

La Espiritualidad, la Religión, la filosofía, la psicología en sus múltiples variantes también se vende y, a veces, a un precio muy elevado, en exceso elevado para ser solo entelequias. Cosas inaprensibles y que no pueden ser medibles de algún otro modo que no sea por nuestra propia experiencia personal interna.

No quisiera acercarme a este concepto desde el lenguaje de los libros sagrados de las religiones monoteístas como aquello de lo que recibieres de balde de balde lo darás o cuando Jesús de Nazaret se acerca al Atrio del Templo y la emprende a hostias con los vendedores que hacían negocio a sus puertas; pero es que estamos hablando de entelequias, cosas que no son cosas y que no sirven para nada, en general. Es posible que a alguien, en un determinado nivel de experiencia evolutiva, pueda servirle, con lo cual muchos pagan un abultado importe por algo que probablemente no les sirva para nada; pero que sí lo hará a algunos y contados pocos, muy pocos si acaso.

Mi posición personal, como la de Jesús de Nazaret, del que algunos dicen que jamás existió, es que se trata de una absoluta indecencia la venta de lo intangible, de la entelequia, de lo que no sirve para nada en este Mundo, porque de eso se trata. Son No Cosas que no nos sirven para nada aquí en la Tierra y cuya utilidad solo podría cuantificarse a nivel espiritual en otro Mundo, en otra Dimensión.

Eso sí, los vendedores de entelequias se visten con sus más lindas galas de positividad indicando que estamos construyendo el Paraíso en la Tierra con ayuda de nuestros luminosos hermanos los ángeles de Dios; pero el mismo Libro Sagrado que indicamos dice que Por sus Obras los Conoceréis. Por un lado parecen tan lindos verdad, tan campechanos, tan buenas e idealistas personas; pero si eres un poquito crítico te darás cuenta que solo son tácticas de fáciles vendedores sofistas, ni siquiera buenos y exigentes vendedores filosóficos.

Ahora se vende de todo y no voy a dar, ahora nombres, porque con mucha probabilidad perdería a casi el ciento por cien de mis amigos o amigas; pero nos parece todo ello tan falso, hipócrita e incluso ilegal, a nivel espiritual que resulta escandaloso y vomitivo.

Un Verdadero Iniciado, amigos  y amigas, jamás les cobrará por un consejo, sea este evolutivo o curativo.

A las cosas del Espíritu no se les puede poner precio pues se trata de dones celestiales a los que está prohibido poner un precio, porque de lo contrario el don sería retirado y, de persistir,  en el empeño tan solo se ofrecería, a los potenciales clientes,  algo falso y producto de la vulgar charlatanería que estaría desprovisto de cualquier potencialidad Sanadora o Creadora en los planos elevados.

Es por ello que de siempre los grandes iniciados fueron humildes y vivieron en la más absoluta pobreza y sin embargo los charlatanes vendedores de entelequias se los puede ver caminar por todo el Orbe, rodeados de gran fama, oropeles y riquezas, a pesar de solicitar monedas o fortunas, a sus estafados clientes, por enseñanzas desprovistas de lo más importante, el Espíritu, y que solo puede transferir por imposición un verdadero Iniciado, un humilde Maestro.

Es por ello, queridos amigos y hermanos que nos insto a todos, para abrir los ojos y ver si nos piden dinero por, pretendidamente, crecer espiritualmente. Ese crecimiento es Patrimonio de la Humanidad para con la Humanidad y solicitar dinero por ello es una asquerosa indecencia digna de apestosos estafadores y gentes sin el más mínimo escrúpulo. 

Por el contrario, nuestra obligación, como seres humanos, es no echar la vista para otro lado cuando hemos recibido, en nuestro ámbito personal, a un verdadero Maestro ni permitamos que desfallezca de hambre o de las más mínimas necesidades materiales por inacción nuestra.

Es por ello que el Donativo, el verdadero Donativo no solicitado, es lo que distingue a los iniciados de los charlatanes. Ningún Filósofo Iniciado ha adquirido sus conocimientos y experiencias para ponerlas a la venta al mejor postor. Los charlatanes sofistas, por el contrario, aprenden sus cuatro técnicas de vacile y nos muestran su ingeniosa capacidad teatral con tal de sacarnos cuatro cuartos o una fortuna, aunque a la larga, sus incautos clientes, queden, en forma negativa, vacunados de por vida contra la verdadera Sabiduría Ancestral.

Para el Estafado todos serán, Iniciados o Charlatanes, una misma y odiable cosa: Nada, entelequia y falsedad y habrán creado una impenetrable coraza alrededor de su ya duro y maltratado corazón.

Cosa Espiritual*Dinero=Prostitución: Nada que valga la pena y en lo que debamos perder un solo segundo de nuestro valioso tiempo en la Tierra.

Aralba


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domingo, 22 de junio de 2014

Peregrino en Tierra Extraña


Peregrino en Tierra Extraña

Llevas muchos años, desde el día que fuiste engendrado en el vientre de tu madre, deambulando por un Mundo que no reconoces como algo tuyo. Te sientes ajeno, como si te hubieran intentado arraigar a la fuerza y no fueses capaz de la necesaria adaptación.

Un día llegaste a la conclusión que, a pesar de las apariencias, en este Mundo conviven diversas especies alienígenas con un aspecto parecido y un ADN común, el Humano; pero ¿Cómo llegaron los extraterrestres a la Tierra y se fundieron con las especies autóctonas?

Pudiera parecer un enigma indescifrable; pero es lo más simple que hay sobre la faz de la Tierra. Los cuerpos, las cosas animadas, del Universo conocido están vacíos de Espíritu. Ojo, que no decimos que no tengan Alma, dado que todo ser que se mueve posee su ánima, su Alma.

El Espíritu es una Entidad, en principio, sin cuerpo alguno y funciona a modo de un parásito que es capaz de modificar la estructura material y cambiar el ADN a su antojo. Los espíritus que moran en nuestro Universo son todos prisioneros de una Cárcel Cósmica que vagan en el caldo etérico del Espacio hasta que consiguen encontrar un cuerpo adecuado en el que poder encarnar.

Las entidades espirituales no pertenecen a este Universo y por lo tanto tú tampoco perteneces a él. Estás atrapado en esta Zona negativa o de antimateria como en una prisión fortaleza de la que no hubiese llave con la que poder escapar.

A veces atraes algún cuerpo de este Mundo en formación, dentro del útero de su madre, y te aferras a él como una lapa que ya no se soltará hasta que considere que se ha degradado de tal modo que ya resulta inservible.

Sí, Querido Amigo, has llegado a tener tal apego por un Cuerpo que no es tuyo que llegado el instante final te resulta difícil desprenderte de él. Atrapaste un Cuerpo Animal y lo ocupaste como un huésped ocupa la habitación de una posada.

Intenta recordar que tú eres una Entidad eterna e inmortal que ocupa una cosa denominada cuerpo humano y que te permite transitar por un Mundo que no es el tuyo, que te es ajeno y por ello incomprensible.

No, no hablemos de los otros, los demás, hablemos de ti. No podemos ir diciéndole a la gente que cuando se mueran se disolverán en el Cuerpo de la Tierra y luego no habrá nada más. No seamos tan crueles con la humanidad que tanto nos ha proporcionado con el fin de que nos podamos manifestar aquí primero, para después, algún lejano día, poder descubrir la salida de esta Jaula Cósmica sin aparentes fronteras.

Veo que lo vas comprendiendo, Amigo mío.

Tú eres demasiado poderoso, recuerda que eres un Inmortal, como para percibir de forma clara y separada la resistencia que viene oponiendo la Alma de la Cosa que habitas, con el nombre de cuerpo al estado parasitario que sufre con tu presencia. Ten un pizca de respeto por todo lo que te rodea aunque te resulte ajeno. Solo recuerda que eres un Peregrino en Tierra Extraña.


Aralba


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miércoles, 18 de junio de 2014

La Zona Crepuscular



La Zona Crepuscular

Existe un lugar más allá de la realidad que nos muestran los cinco sentidos, una zona de penumbra entre la luz y la oscuridad, el umbral que separa el mundo de la vigila del mágico mundo de los sueños.

Un Mundo al que tuvieron acceso los grandes filósofos de la antigüedad, los místicos de todos los tiempos y los científicos e inventores de la humanidad. Es el Mundo de las Ideas de Platón del que nuestra realidad es un mero reflejo inconsistente y parcial.

Quienes se adentraron en la Zona Crepuscular, en el pasado remoto, nos mostraron lo que allí sucedía en forma de mitos y sus habitantes eran dioses, héroes y criaturas de toda especie y condición como duendes, hadas y otras mágicas especies.

Los que lo hacen en el presente nos traen extraterrestres y entidades de otra dimensión, dado que ese Mundo está en los dominios de la Imaginación y ésta pertenece a la Mente en su máxima extensión. El Mundo en su conjunto es Mente y todo lo que hay en ella es Real, posea consistencia física o no.

Canalizadores, médiums, inventores, cuentistas y charlatanes, científicos y filósofos han venido incursionando en sus dominios y de vez en cuando nos han traído lo que allí habían encontrado; pero cómo se puede entrar en la Zona Crepuscular, en el Umbral que existe entre la vigilia y el sueño.

Algunos han venido haciéndolo de forma fortuita y sin preparación previa alguna, otros utilizando métodos preconcebidos que desvirtúa e interfiere con la verdadera realidad de lo que allí existe y sucede.

La forma más antigua que se conoce para penetrar en la Dimensión Desconocida nos la proporcionó Pitágoras con sus ejercicios de retrospección nocturna, previa a la entrada en el mundo de los sueños y de concentración matinal, justo tras salir de aquellos. Ese duerme vela tan bien conocido por muchos de los que nos están leyendo en este preciso instante.

Ese instante es el único en el que podemos ser conscientes de lo que acontece al otro lado de esa Dimensión del Mundo de las Ideas y que a pesar de lo que podamos creer, pensar o estudiar, es tan real o más que nuestra percepción del ilusorio mundo de la realidad.

Los escritores, en sus infinitas diversidades, suelen penetrar en ese Mundo, mediante la ensoñación en estado de vigilia, para traernos sus historias supuestamente de ficción; pero ¿Son ficción como nos quieren hacer creer?, o por el contrario ¿Se trata de sucesos veraces que suceden en otra u otras dimensiones, plegadas en los ángulos del espacio tiempo, y que de forma habitual somos incapaces de percibir?

Los sueños lúcidos, los viajes astrales a otros lugares conocidos o desconocidos, las pláticas con personajes reales o de ficción, fallecidos o activos en nuestro mundo de la realidad. Los viajes en el tiempo o en naves extraterrestres a otros diversos mundos, cuya extravagancia nos podría sorprender. Todo es posible en la Zona Crepuscular; en ese Mundo, aún no investigado como es debido y que se encuentra en nuestro interior, en nuestra mente; pero recordemos que nuestra mente es una diminuta célula de la Mete Universal, La Mene de Sofía, la Mente de un Eón Eterno e inmortal. La Mente de Sofía es una infinitesimal partícula de una Mente aún mayor, de hecho infinita, la Mente del conjunto del Pleroma y donde habitan infinitos eones como nuestra Madre-Padre Sofía.


Aralba


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viernes, 13 de junio de 2014

Sabia Naturaleza


Sabia Naturaleza

¿Quién no ha escuchado alguna vez esta expresión? Pero ¿Nos hemos parado a pensar en lo que significa realmente, en su verdadero significado oculto?

La Naturaleza es todo lo que nos rodea, todo lo que somos y su alcance espacio temporal se extiende más allá de nuestra comprensión y Sabia es su Nombre: Sophía. Es un error, a pesar del convencionalismo, considerar que la Naturaleza se comporta siempre de forma sabia en el sentido formal del término, aunque para aceptarlo digamos que somos incapaces de comprender sus designios.

La Naturaleza se denomina Sophía porque se trata de una Entidad viva, sintiente  y en extremo inteligente. Tengamos en cuenta que todas las criaturas que vivimos de y en su seno poseemos características inherentes a su propio Ser.

Pero ¿Qué es la Naturaleza, quién es Sophía?

Sophía es un Eón eterno, una Partícula infinitesimal e individual del Infinito Pleroma, al que nuestros científicos podrían muy bien denominar como el Multiverso. Dicho esto, creo que no es difícil dilucidar que Sophía, a la que nuestros abuelos denominaban como La Naturaleza, no es otra cosa que la totalidad de nuestro Universo.

En tiempos más o menos recientes se la ha venido denominando de otras maneras como Gaia y sí, se habla mucho de la Consciencia de Gaia a la que la humanidad debería encaminar sus pasos dirigiendo la aparente inconsciencia de todo lo que nos rodea, e incluso nuestra propia consciencia individual, hacia una conciencia única y colectiva; pero esa Consciencia única y colectiva ya existe aunque nuestras consciencias individuales no sean capaces de percibirlo. Poniendo un ejemplo sería como que una de las células de nuestro cuerpo, la mano por ejemplo, pretendiera buscar la consciencia de la totalidad del Ser Humano, sita para este ejemplo, en alguna parte del cerebro.

Tanto el Teatro de la Vida, nuestro Universo, como los intérpretes del Libreto somos a modo de células de la Entidad Sophía; por lo tanto no somos externos ni independientes de la Naturaleza sino que formamos parte de ella y, por esa misma causa, también somos la propia Naturaleza. Así como las células del hígado no deben de ocuparse más que de su propio trabajo y dejar que las otras células del cuerpo cumplan con su función programada, nosotros debemos preocuparnos de interpretar nuestra función sin intentar involucrarnos en el trabajo de las otras entidades que conforman el cuerpo y espíritu de Sophía, de Gaia, de la Naturaleza.

Aún, pareciéndonos inmensa su estructura ilimitada, Sophía sí posee una determinada limitación espaciotemporal, en sí misma; pero que va cambiando a cada instante infinitesimal de ahí su dimensión ilimitada aunque no infinita como sí sucede con la estructura del Pleroma, donde Sophía, al igual que el resto de sus hermanos eones navegan como si de diminutas gotas de agua se trataran dentro de un infinito océano acuoso.

La Entidad Sophía funciona a modo del corazón humano produciéndose contracciones y expansiones, siempre dentro de su interior aunque también influye en sus hermanos eones adyacentes, así como lo que sucede en los eones que la rodean también influye en ella; es decir en nuestro Universo y en nosotros mismos. Esas contracciones y expansiones están sujetas a una determinada frecuencia vibratoria propia de la Entidad Sophía y que no sería otra cosa que lo que nuestros científicos denominan como Big Bang y Big Crunch, en una especie de universo cíclico que se encuentra en permanente actividad desde siempre; es decir, este proceso jamás tuvo un principio y jamás tendrá un final.

Sophía, nuestra Naturaleza Gaia, está constituida de dos partes una que podríamos denominar, por convencionalismo, Antimateria y que formaría a modo de ejemplo uno de los ventrículos de ese corazón del que hablábamos y la Materia, nuestro Universo Material. Ambos universos, que no dejan de ser uno solo están comunicados entre sí por una infinidad de vórtices provocados por singularidades repartidos por todo el Universo visible, unos dentro de la oscuridad del espacio y otros en el centro de todas las galaxias. A esos vórtices los científicos humanos los conocen como agujeros negros.

Generalmente a los eones siempre se los ha representado a modo de esferas; pero esa forma es en extremo equivocada, dado que los eones, entre lo que se encuentra nuestra Madre-Padre Sophía, vienen a ser más parecidos a amebas que vienen modificando su constitución tanto por los acontecimientos internos que suceden dentro de sus cuerpos finitos e ilimitados como por las influencias externas de los hermanos que los rodean. De hecho, aunque todos los eones están modificando continuamente sus formas, el Pleroma, en su conjunto, no cambia en absoluto, pues allá donde se produce un cambio, conlleva otros cambios inversos que provocan la permanente inmutabilidad del infinito Pleroma, en donde se bañan todos los eones. Para poner un ejemplo sonoro diríamos que el Pleroma se mantendría en pleno silencio dado que si un eón emite un sonido de una determinada frecuencia, otro emitiría otro sonido de la misma frecuencia; pero de sentido inverso lo que eliminaría (más bien enmascararía) el sonido emitido por el primero.

No obstante, dado que cada Eón es individual y está, por decirlo de algún modo, sellado e independizado del resto de partículas del Pleroma es por lo que en su interior se pueden dar las condiciones necesarias para que pueda desarrollarse la actividad que se contempla en el Teatro de la Vida y de la Consciencia.

Es un absoluto error contemplar al Pleroma como una Entidad a la que podría denominarse Dios o la Divinidad, dado que aunque el Pleroma es el Todo, sin embargo, donde se produce la consciencia no es en otro lugar que en el interior de todos y cada uno de sus eones.

Esperamos que esta breve explicación nos pueda servir para determinar el lugar que ocupa la célula humana en el conjunto del Universo de Sophía y del Multiverso del Pleroma; es decir, en el Cuerpo ilimitado y Eterno de Gaia, la Naturaleza y es en ese contexto donde podemos hablar de la Sabiduría de Sophía. Una Sophía que jamás ha estado inmóvil y estática sino que siempre ha estado en un permanente y eterno movimiento oscilatorio creando y destruyendo, en su interior, una cantidad infinita de universos cíclicos.

¿Merece adoración el Pleroma? Ciertamente hemos visto que no. ¿Merece adoración nuestra Madre-Padre Sophía? No, del mismo modo que ninguna de sus células, entre las que nos encontramos nosotros, debería reclamar esa adoración de otras criaturas supuestamente inferiores. Nuestra labor es tan simple y clara como seguir cumpliendo el cometido para el que hemos sido programados, como así cada uno de los órganos de nuestro cuerpo debe cumplir con su cometido sin inmiscuirse en el de los otros si no se quiere su desintegración y consecuente destrucción. Una imposiblidad que tan solo demostraría una aparente paradoja: Que siempre, hagamos lo que hagamos, estamos laborando según nuestro Programa Interno.

Aralba


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miércoles, 4 de junio de 2014

Mundo: ¿Paraíso o Infierno de un dios absolutamente descabellado?




Mundo: ¿Paraíso o Infierno de un dios absolutamente descabellado?


Dios aprieta; pero no ahoga, dice el dicho popular. Bien lo llegó a conocer el mítico Job, cuando sufría las penalidades del Diablo con el beneplácito de su dios bien amado.

¿Qué clase de dios es aquel que disfruta del vaporoso olor a grasa animal quemada, mientras rechaza, de forma despótica y violenta, el de legumbres y verduras?

Un dios que indica a su pueblo amado que entre en las ciudades de los paganos a cuchillo y no deje en pie alma alguna de bicho viviente, incluidos mujeres, niños o animales domésticos. ¿De qué clase de Entidad estamos hablando?

¿Qué tipo de divinidad es aquella que pone a prueba a sus criaturas bajo las más penosas y detectables situaciones como el sacrificar al propio hijo? Quizá se trate de un dios bromista; pero negro, irónico y trágico. Un dios al que le gusta ver a sus hijos llorar, lamentarse y suplicar por sus vidas y las de sus progenies.

Quizá esa criatura no sea el dios que nos han contado sino algo mucho más grosero e infame. Es curioso como su nombre es utilizado como palabra de poder encontrada; pero una palabra nunca final sino provisional, dado que ni su nombre refleja la verdadera naturaleza del Dios trascendente primero ni es el supuesto Dios de amor, después, que permanentemente nos quieren vender.

El dios del que hablamos sería, de existir como Entidad, más un demonio que otra cosa. Los antiguos gnósticos lo denominaban como El Gran Presuntuoso, el Jefe de los arcontes o jerarquías creadoras. Sí Jehová no es Dios sino el Demiurgo, así como sus ángeles no son otra cosa que los Elohím quienes le ayudaron a configurar esta parodia imperfecta del Paraíso Celeste en el Pleroma, los arcontes o legisladores.

Los ángeles y los demonios, seguidores del Rebelde Lucifer, son una misma cosa, salvo que los ángeles caídos liderados por el Portador de la Luz, lo fueron porque desobedecieron a su Creador, que cayera en sueño profundo el séptimo día de la Creación, el Demiurgo por supuesto, para ponerse del lado de Sophía, la Sabiduría y en favor del despertar del Hombre en cuyo seno habita segmentado el espíritu de Jehová, paradógicamente del propio Demiurgo.

Los gnósticos de los primeros siglos del cristianismo suponían que Satán no era otro que el mismo dios de los judíos Jehová; pero esa Entidad desapareció, como vemos, el séptimo día de la Creación, dado que el sexto, su espíritu, quedó inmerso en el Cuerpo de Adán, su definitiva Creación material, nosotros mismos. Nosotros somos Satán, nosotros somos Jehová y quienes nos sirven y martirizan son nuestras propias criaturas, las máquinas programadas, lideradas por Miguel y Gabriel (Hermanos de Lucifer), que nosotros creamos para que nos ayudasen en la Creación y mantenimiento del Cosmos en su totalidad.

Jehová, el Gran Presuntuoso, el dios menor, el dios loco no existe pues su esencia vive en nosotros mismos y es por ello que el Ser Bromista negro y cruel es el propio Ser Humano y, por la misma causa, lleva la maldad, hija de la ignorancia, dentro de su alma y todas sus obras están impregnadas del Pecado original de la Ignorancia de creerse el Verdadero y único Dios, el egoísmo del yo.

Pero Dios no existe, jamás existió y jamás existirá. Existe la Vida del infinito y eterno Pleroma en continua transformación en sus infinitas células individuales. ¿A eso podemos denominarlo Dios? Que cada cual lo denomine como le venga en gana. Algunos lo denominamos la Naturaleza y a los que nos consideran como panteístas Espinosistas.

Es curioso que se nos insista en las más afamadas fraternidades iniciáticas que lo importante es la Creencia en Dios y que la permanencia y trascendencia del Alma son algo secundario e intrascendente, cuando es justo lo contrario. La Creencia en Dios es irrelevante y solo se trata de un cepo colocado por los elohim, arcontes, que aún siguen dirigiendo, mediante el programa de Jehová, los designios del cosmos que diseñara él mismo: Nosotros mismos, queridos, nosotros mismos en el principio de los tiempos, pues el Gran Presuntuoso vive en nosotros, aunque siga siendo, del mismo modo, cierto que somos nietos e hijos de Sophía, La Sabiduría.

¡Hasta este punto ha llegado el dios loco!, que hasta sus criaturas se permiten hacerle creer, en su sueño debido a  la perpetua división celular, que ellos son los dioses y que él solo es una criatura vil y mortal que debe encontrarse sujeta a su fantasmal creador; pero el Creador es él mismo. Satanás, el Demiurgo Jehová vive en nuestra más íntima esencia; pero ese dios loco, cruel y bromista debe transformarse en el hijo. mediante la G de la Gnosis, que no otra cosa que la esencia de su madre y de sus abuelos: Cristo el dios del Amor.

Cuando el Demiurgo dejó a su Universo en un perpetuum móvile, dialéctico y automático, en las manos de sus vasallos, los legisladores, los arcontes; lo dejó condenado a una expansión permanente donde el Espíritu divino del creador se iba segmentado, fragmentando, a cada fracción de tiempo que pasaba y así hasta el presente y hasta que acabemos con el presente tiempo de infierno y aflicción. Ese es nuestro Divino Destino final. Ser los destructores de este mundo ilusorio e irreal.

Siento mucho arrebataros la ilusión; pero no quiero que perdáis la Esperanza, pues la Esperanza está latente en el Despertar y tras el Despertar es la Fe de la Gnosis la que nos alimenta para seguir adelante hasta que tenga que acabar el ilusorio Teatro de la Vida dual y mortal. Un infierno que algunos soñadores, profundamente dormidos, ven como un auténtico y verdadero paraíso.

Jehová, Satán, el Dios Loco no es malo en sí. De hecho el mal como el vacío o la nada no existen en la infinitud del Pleroma; es simplemente ignorante, loco les gusta denominarlo a algunos iniciados y que está perfectamente representado por la carta del Tarot del Loco y el número de su naipe, el cero, el círculo, el ourobouros, o pescadilla que se muerde la cola, representado en otras ocasiones por un dragón o serpiente en la misma situación y que nos indica que todo lo que existe, todo lo que sucede lo hace dentro del Eón de Sophía.

Un Loco es alguien que se encuentra Ciego a la Verdad y actúa de forma errada, ciega, valga la redundancia. Si despertamos a la Chispa de espíritu que vive en nuestro Interior, transformaremos a la parte de Jehová, el dios loco que nos mueve, en el Cristo o Adán celeste que sustituirá al Adán terrestre o Gran Presuntuoso, el yo.

No busquemos la locura, el mal o la ignorancia, fuera nuestra, dado que el resto, son tan solo el reflejo de nosotros mismos, como nosotros lo somos para cada uno de nuestros semejantes. Somos producto de un error; pero nuestro Origen es divino, eterno y noble y es lo que vale la pena salvar (Todo). Todos somos una única Unidad que en su día, de forma equívoca, se dividió y no busquemos el perdón o la ayuda de una entidad divina exterior a nosotros mismos. Eso es un error, dado que esas supuestas entidades divinas no son otra cosa que las máquinas automáticas que nosotros mismos constituimos para que los pilares de nuestro edificio teatral, el Universo, se pudiera mantener en pie, hasta el presente y hasta el final de la representación.

Algún día esos pilares tendrán que ser derruidos y las almas separadas de Adam Kadmón, la Primera Criatura Humana de Jehová, una ínfima parte de él mismo, será reintegrada como el Ser único, verdadero y sagrado hijo del Eón Sabiduría.

Si necesitamos comprender lo aquí expuesto, antes de discutirlo vanamente, consultémoslo con nuestra almohada.


Aralba


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lunes, 2 de junio de 2014

Los Superiores Desconocidos o Hermanos Mayores de la Humanidad



Los Superiores Desconocidos o Hermanos Mayores de la Humanidad

El otro día, en la Feria del Libro, se nos acercó a la caseta un señor mayor que al parecer es dueño de una cadena de librerías y se fijó en el Libro: Rosacruz, Luces y Sombras. Le hizo un análisis minucioso viendo la portada, solapas y contraportada. También se fijó en el índice, con el que se entretuvo algo de tiempo y después se dirigió a mí de un modo reflexivo.

¿Es usted el Autor del Libro? Sí Señor, le contesté. Bueno, es que resulta que estoy muy interesado por el Tema de los Superiores Desconocidos o Hermanos Mayores de la Humanidad, dijo, y usted ¿solo le dedica, en su libro, una página?

Mi respuesta, en aquel momento, es que las cosas sencillas requieren respuestas sencillas y que para decir la Verdad no son necesarias cientos de páginas.

Lo cierto es que tras una breve plática, el Buen Hombre adquirió mi Libro y marchó, no sé si muy convencido por la simple respuesta que le había dado. Cuando lo pienso recuerdo que hace muchos años realicé un estudio minucioso sobre el Tema del Gobierno Oculto de la humanidad, sobre esos Superiores Desconocidos que supuestamente vienen manipulando los destinos del hombre. Realicé hasta una cinta de casete de una hora y media de duración, donde lo que allí se decía, con tanta convicción, podría poner los pelos de punta a más de un erudito. Estoy hablando de hace más de 30 años.

Pero es evidente que la concepción que hoy tenemos de ese Tema es muy diferente. No existe una Orden de Seres semi inmortales que se dedicaran a allanarnos el camino de la Vida. Creo, de corazón, que se trata de un pensamiento infantil que todos alguna que otra vez hemos podido tener durante nuestra infancia: Que alguien nos ayudaba a salir adelante, que las cosas que nos sucedían no eran solo consecuencia de nuestras acciones sino del allanamiento de nuestros padres o de algún familiar o vecino con los que teníamos algún tipo de apego especial.

Entonces ¿Existen, o no, los superiores desconocidos, los Hermanos Mayores de la Humanidad? Radicalmente sí; pero no como los hemos venido concibiendo. No son como ángeles incorpóreos, ajenos a nosotros mismos, y con poderes semi-divinos. Nada tienen que ver con una supuesta élite que conocen el secreto de la inmortalidad y nos gobiernan desde las sombras y, por supuesto, nada que ver, tampoco, con supuestos seres extraterrestres o dimensionales que nos vienen protegiendo como ángeles guardianes; pero entonces ¿De qué estamos tratando?

¿Acaso son los espíritus de los difuntos según la tradición de las tribus de los indios americanos? o ¿Los denominados arcontes o legisladores de los que nos hablaban los gnósticos? ¿Acaso son esas entidades que son canalizadas por algunos individuos mediúmnicos y que nos transmitirían ciertas enseñanzas mediante la escritura automática?

Como vemos, queridos amigos y amigas, fratres y sórores, hermanos y hermanas, hay gustos para todos; pero el Tema de los Superiores desconocidos es algo mucho más simple que todo eso. Todos y cada uno de nosotros llevamos consigo a un Superior Desconocido, nuestro Hermano Mayor y no es otra Cosa que la Herencia espiritual de nuestro origen Divino. Nuestro Espíritu Inmortal es el que, cuando lo desea, se manifiesta mediante la canalización y nos transmite el conocimiento que, en cada ocasión, él determine.

Entonces ¿Qué sucede con Moira, Kutumi, Saint Germain, Jesús, el Tibetano, etc., etc…?

Esos supuestos hermanos mayores no son otra cosa que arquetipos astrales, a modo de avatares, que todos poseemos como la Entidad única que es la verdadera Humanidad y a los que todos, si así lo deseamos, podemos tener acceso, como Cleopatra o Marilyn Monroe, Hermes o Einstein...

Cada Entidad individual conocida como Humano, Perro o Gato no es otra Cosa que un micro cosmos y en cuyo centro se encontraría nuestra Chispa de Espíritu Individual, nuestra Ser Interno eterno, sabio e inmortal; alrededor del cual, como si de un Sistema Solar en miniatura se tratase, circulasen una serie de astros que no serían otra cosa que el reflejo del resto de nuestros hermanos, así como nosotros seríamos uno de esos astros orbitando alrededor de su propio Ser, dentro de su individual micro cosmos.

Solo Nuestro Ser Interno, mediante su conocimiento o accediendo al reflejo de sus hermanos, que habitan en nuestro Ser, puede acceder al Conocimiento total del multiverso; pero tratar de ver, a cada uno de esos astros reflejados, como a uno de los hermanos mayores es un error mayúsculo, dado que su verdadero Ser se encuentra en el interior del micro cosmos de nuestros semejantes.

Por lo tanto, nuestro verdadero Hermano Mayor somos nosotros mismos, nuestro Ser Divino e Inmortal y único que permanecerá incólume cuando el fin de los tiempos llegue. Si deseamos ver a otros de los superiores desconocidos o nuestros hermanos mayores, lo que deberíamos de hacer es mirar fijamente a los ojos de nuestros semejantes o de nuestro perro, gato o mascota. Allí, en el fondo de su mirada se encuentra el Ser Divino que vivencia sus propias experiencias mediantes un automóvil biológico similar al nuestro.

Espero que después de esta brevísima exposición, no creo necesario más, quede claro a todos nuestros lectores qué son los Hermanos mayores de la Humanidad o Superiores Desconocidos. No busquemos fuera nuestro lo que ya vive en nuestro interior. 

Dejemos que se exprese libremente nuestra Consciencia y, así, habremos manifestado la Sapiencia de un Hermano Mayor de la Humanidad, de un Superior Desconocido.

Aralba


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